Cuando tienes una certeza, hay que seguirla como a un faro. Cuando tienes una idea clara de algo, también.
Hoy era el día marcado en nuestras agendas, el primer día que Emma iría al colegio, a estar con personas que no conoce, con niños que tampoco conoce, en un ambiente que tampoco conoce.
Bueno, realmente esto no es del todo correcto.
En abril se abrió el plazo de matrícula, y aquí la que escribe, estudió con detalle la oferta académica a la que teníamos acceso. De esa primera cribada, quité de en medio 4 colegios. Con la niña de mano, nos dimos una vuelta turística por los otros 5 que habían superado la primera fase. Después de la visita, y con las condiciones de cada colegio, nos quedamos con 3.
Y tuvimos la grandísima suerte de que Emma fue admitida en el colegio que fue nuestra primera opción.
Por cosas del azar, o de esas coincidencias de la vida, en Junio, cuando hacíamos las fotos para entregar la documentación, conocimos en el propio estudio fotográfico a la profesora de Emma. Y fue un amor a primera vista, tanto por parte de Emma como por la mía.
El colegio, una vez que publicó la lista de admitidos (a finales de Junio) nos convocó a los padres y a los futuros alumnos a una primera reunión, para que los niños se conocieran y para que conocieran el colegio. Ese fue el segundo día que me llevé a Emma llorando de allí. El primero fue al ir a formalizar la matrícula, que tampoco quería irse.
Después de eso, hemos ido varias veces, a entregar algún papel más, a ver las listas de la adaptación, y por último a llevar el material escolar.
Todas y cada una de las veces, se ha ido llorando.
Hoy, era el día C. Desde temprano andaba trasteando con la mochila, con el uniforme, con la botella del agua.
A media mañana, llegamos al colegio, ella dando saltitos, yo expectante.
Habían otros niños por allí, con los que se puso a correr en cuanto llegó. A los pocos minutos, la profesora abrió la puerta para hacerles entrar, y los 8 niños entraron casi sin mirar atrás. A Emma la cogí de pasada por la mochila (por fin le veo gran utilidad a la mochila de la cerdita rodaballo), para que me diera un besito, y decirle adiós, al menos.
Las mamás que allí estábamos, pusimos cara de asombro-desconsuelo-risa.
No nos dijeron ni adiós. Estaban como locos por entrar.
Una hora más tarde, los recogimos. Con la misma cara de felicidad con la que entraron.
Cuando nos íbamos Emma tenía cara de disgusto, aunque no lloraba. Al preguntarle qué le pasaba, me dijo muy seria: mamá no me puedo ir todavía, no he estudiado nada.
Creo, que después de esto, poco puedo añadir a lo que ha sido su primer día de colegio.
Ha sido un éxito total. Ella no ha llorado, y yo tampoco.
Y todo esto me hace pensar, y me hace reafirmarme en el camino que me ha traído hasta aquí.
Emma pasó de mi barriga a mis brazos siendo un bebé indefenso, con solo 37 semanas. Han pasado estos tres años en los que la he acompañado muy cerquita, pero dejando el espacio suficiente como para que ella sola vaya descubriendo el mundo. Le he quitado alguna piedra del camino, y otras veces la he levantado para que alcanzara lo que quería. Le he dado teta hasta hace solo 4 meses. Hemos tenido noches en vela, comida hasta en el pelo, pises por muchos sitios… Al mismo tiempo, he tenido que ser firme y no prestar atención a las muchas frases de: uy! cuando se separe de tí, lo que van a llorar… uy! cuando la destetes lo que les va a costar… Seguimos durmiendo juntas.
Crianza con apego, crianza respetuosa… Pues no sé, yo solo sigo mi instinto, y trato de ponerme en su cabeza de 3 años en cada situación. Sigo este principio como si fuera mi faro. Escucharla, entenderla, atenderla.
Yo lo que sé, es que Emma es independiente, valiente, razona, y aunque esto le cuesta un poco más, también escucha.. Y otra cosa que sé, es que me siento tremendamente orgullosa de ella, ayer, hoy, y seguramente mañana.
Enhorabuena!!!! no sabes la suerte q es el haber podido elegir el cole para tu hija, el haber podido acompañarla en todo el proceso hasta llegar ahí…no todas somos tan afortunadas como vosotras… un beso!
El primer día del cole!!!
Todo un acontecimiento para ellos y para las mamás.
Yo como tita me libro de ese momento porque yo soy muy tierna y me da penita de todo lo que sea despedida, aunque sea para cinco horas.
Mis sobrinos son de los que le gusta el cole pero tienen sus días, de esos que no quieren ir tienes que luchar con ellos a tope.
Su madre , mi cuñada me lo cuenta y pienso uf, yo lo pasaría fatal.
Deseo que este curso aprenda muchas cositas y sea feliz con sus compis y la señorita.
Besos!!
Te vas a sentir orgullosa de tu hija toda la vida colegui!!!!
Un hijo es … TODO, y aunque por temporadas nos los querriamos comer, preferimos que ese manjar que cuidamos nos dure siempre!
Yo reconozco que el primer dia de colegio de mis dos hijos sí lo pasé mal y sí lloré, me sentia tremendamente culpable, quizás porque tuve que dejarlos en la guarderia con tan solo 7 meses.
Cada niño es un mundo, los hay que lloran cuando entran, durante la clase, en el recreo y a la salida y también, como el caso de Emma, que están encantandos con ir al cole.
Mi hija siempre fue del grupo de Emma, afortunadamente.
Mi sobrino, un chaval inteligentísimo y que jamás ha llorado para ir al cole cuando llegó a los 3 años empezó como todos a ir al cole y en su carta a los Reyes Magos de ese año, ya llevaba tres meses de clase, sólo pidió tres cosas: Una hamburguesa, patatas fritas y no ir al cole.
Ahora tiene seis años y hace una semana cuando empezó 1º de Primaria al llegar a la puerta del colegio miró fijamente a su madre y le dijo: Voy a ir a clase, pero no pienso contarte nada cuando salga….
hola, acabo de conocer tu blog (noches blancas…) y me gusta mucho. yo creo uqe la gente crtica y criticarà siempre, eduquemos de la manera que lo hagamos. yo estoy muy cerca de tu manera de educar (duerme con nosotros, la dejamos hacer un poco lo que quiera dentro de lo que creemos que una ninya de 3,5 puede hacer,…) aunque afortunadamente vivimos un poco en modo ermitanyos y no llegan ecos de crîticas. eso sî lo del cole no sé si lo llevarîa bien como tu peque ("estudia" en casa, si una ninya tan peque puede estudiar…)