Desde la perspectiva que da la alta temperatura de 38.8ºC durante tres días, se ve el mundo bastante distinto.
He cambiado los muebles de sitio (en sentido metafórico) y la escala de prioridades (en sentido literal).
No sabes lo sola que estás hasta que tienes que enfundarte un chándal y pedir un taxi para que te lleve a un centro de salud, a que te diagnostiquen y que por favor te pongan algo intravenoso que te haga dejar de sentir el quebranto, el oído, la garganta, y hasta el pelo.. que cuando al cuerpo le da por hacerse notar, puede dolerte hasta el pelo.
Dieta básica de agua, zumo y acuarius, combinada con un potente antibiótico cada 8 horas.
A cuatro días desde la incursión por estas tierras víricas, la temperatura ha bajado algo, no lo suficiente como para que mi pelo vuelva a tener un aspecto “normal”, pero va camino de ello.
Después de ver el mundo, con ojos febriles, uno se da cuenta, de que todo, puede esperar, todo menos sentirse sano.
Espero que te mejores pronto…
Que pena que por aquí no te pueda hacer llegar un caldito de pollo calentito… lo siento.
Recupérate.
Un abrazo
Acabo de dejar un comentario pero no sé donde 🙁
Decía que sé como te sientes porque yo también lo he sufrido en mi carne. Con lo ñoños que nos ponemos cuando estamos malos, sin ganas de hacer nada.
Espero que te mejores pronto. Un beso
Ejem… la proxima vez puedes llamar a alguna de tus amigas sanitarias que seguro estaran encantadas de recogerte en tu casa, llevarte al centro de salud correspondiente y devolverte a la cama. Es una idea.
Espero que estes mejorcita, que mala es la fiebre!!!!!!!!
Espero que te mejores pronto.
Los virus son la leche, nada peor que tener fiebre y sentirte por unos dias como un trapo viejo.
pobrecita, estoy con Lolita, no hace falta que sea una sanitaria la que te alcance a un centro de salud y te mime mientras estás pachucha…
Un besote, enfermilla 😉
Ana
Vaya… bueno… a mi también me puedes llamar… aunque el taxi llegaría antes… 😉