Menos mal que ya es viernes, porque si tengo que seguir soportando más días de esta semana, segurito acabaría en algún lugar aislada por un trastorno mental, y no precisamente transitorio.
El martes por la mañana, cuando me vine a dar cuenta, estaba en algún tipo de trance que me llevó a perseguir, cual Alicia, a un conejo pardo, durante unos 100m en medio de una gasolinera. En qué momento decidí correr detrás de él, no lo recuerdo. Por qué corrí, tampoco tengo idea.
Solo sé, que ví aparecer un conejo en medio de una gasolinera, dentro de la ciudad, y como una polilla hacia la luz, me puse a perseguirlo.
Anoche, contándole el episodio a LaBajista, intentando encontrar alguna explicación a mi reacción, se aventuró a decir: estás segura de que viste un conejo???.
Pregunta que me hizo dudar de mi propia vivencia, y terminamos con una risa contagiosa e histérica, muy propia del surrealismo de la historia.
Como si fuera poco, ese mismo día, sin ninguna causa, mi flor de mesa de noche, acabó descabezada. Como si fuera un diente de león y la hubieran soplado. Todos los pétalos en el suelo.
Avanzando en la semana, me dispongo a ver con MiRoommate el último capitulo de Lost. Nuestro chute semanal. Una vez acabado el capítulo, la sensación es muy distinta a otras veces, y a tan solo tres episodios para terminar la temporada y la serie, no solo no es que se desvelen los misterios tramados durante seis temporadas, sino que todo parece enrollarse más. Esto tiene un tufo que no me gusta en absoluto. Espero estar totalmente equivocada, porque si no el trauma causado va a ser terrible.
Yo no he visto ni cinco minutos, pero la empezaré a ver, porque una bloguera la empezó a ver hace poco y me ha pegado las ganas, jeje, aunque veré el último capítulo, jajaja, aunque no me entere de nada!!!
un beso!
UUUUFFF… Estoy de los nervios con este fin de temporada y Serie… espero que no defraude 🙂
Un beso