– Me acuerdo de la cuajada, y de los tomates directamente de la mata. De hacer queso, y de preguntar una y otra vez, para qué servía y cómo se llamaba aquellos polvos que se añadían a la leche. Al rato quedaba separado el suero de la cuajada.
– Me acuerdo de jugar debajo de la mesa del salón, con ElGurú y un montón de playmobils. La moqueta de color verde era la pradera perfecta.
– Me acuerdo de llegar al muelle, y esperar por el Planeta… de ver las caballas dentro de los tanques.
– Me acuerdo de Trufo… me acuerdo mucho, y duele todavía. Me acuerdo de Troylo, y su ausencia también duele. Las siestas en el sofá, los gruñidos, los no-ladridos, y cómo me roba la comida de las manos cuando me despisto.
– Me acuerdo de las cartas que escribí, y de cómo me gustó recibir respuesta.
Este marzo, de recuerdos, está siendo especialmente nostálgico…. Esto todo por inspiración propia, en cuanto encuentre el libro de Joe Brainard, tendré montañas de recuerdos, que me harán vomitar carretadas de letras… Por suerte, ya tengo una libreta lista para acogerlas.
A mí me encantan los recuerdos y recordar, de ahí el título de mi blog.. de vez en cuando m gusta releer entradas de fechas pasadas, abrir mi caja con cartas antiguas, mirar fotos de la infancia, oír canciones d mi juventud y comprar cosas q m traen recuerdos (por eso tengo tantas cosas de Super coco, la abeja maya, pitufos…)
Un saludo
Un perro nunca se olvida.
A mi tambien me encantaba el olor del queso y el sabor de la leche recien ordeñada (con todos sus bichitos…)