Cuidando los telómeros

Los telómeros son la parte final de los cromosomas, algo así como la parte de plástico de los cordones de nuestros zapatos.

Los telómeros protegen el material genético que aporta el resto del cromosoma. Que ese plástico, es decir que el telómero, se mantenga en buen estado, es lo que nos dará un buen estado a nuestros cromosomas, y de ahí a todo lo que somos nosotros.

De forma natural, con el paso del tiempo, los telómeros se acortan. De forma que al final estos telómeros se quedan tan chicos que ya no pueden proteger el ADN, y las células dejan de reproducirse. Ya sabes lo que viene después.

Elizabeth Blackburn fue una de las investigadoras sobre todo esto.

Mira tú por donde, se ha demostrado científicamente que una de las cosas que acorta los telómeros es el estrés. Con lo que podemos deducir que manteniendo el estrés a raya, nuestros telómeros estarán manteniendo también su longitud, algo que a mi personalmente me interesa muchísimo. Si ya no pueden crecer más, por lo menos que no se encojan.

Teniendo esto en la mente, me ha costado poquísimo ponerme manos a la obra a identificar cuáles son mis estresores y alejarme todo lo posible de ellos. Así como las actividades que me mantienen en calma, y que me reportan gran felicidad. Con esto claro, mis movimientos se inclinan siempre hacia los sitios que me dan paz y tranquilidad. Cada día me guardo un ratito, esté donde esté, para tomarme un té. No solo tomarlo, sino hacerme el ritual completo.

Huyo de los sitios que no me parecen bonitos, de los cafés deprisa con los que me quemo la lengua, de los tés de sobre, de los telediarios, de las tertulias de noticias y de las personas que se quejan antes de abrir la boca. Y no es egoísmo ni ombliguismo, es que me he tomado muy en serio el cuidado de mis telómeros.

 

3 opiniones en “Cuidando los telómeros”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *