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De ceras, paredes, letras y libros
Parece que hemos ido digiriendo la etapa en la que estamos y en la que hemos entrado como un elefante en una cacharreria: a lo bestia, de sopetón y haciendo mucho ruido.
Hace quince días que Emma viene acusando un cambio en su existencia diaria. Los niños crecen, es algo natural, y yo he ido acatando y experimentando sus cambios día a día.
Durante estos quince días, pareciera que mi niña se ha ido transformando en otra.
Siempre le ha costado bastante conciliar el sueño, lo que ha supuesto para mí grandes quebraderos de cabeza, y requerido grandes dosis de paciencia y cansancio.
Aún así, y después de estudiar muchísimo su rutina interna, hemos podido ir cuadrando la manera de que se acueste cuando realmente tiene sueño. Lo que ha pasado estos días atrás es que se ha negado a dormir.
Se levanta bien temprano, sobre las siete de la mañana. Y más o menos a la una y media, después de almorzar, se dormía una siesta de aproximadamente una hora. Pues estos días ha sido imposible. Sobre las dos de la tarde el cuadro era el siguiente: niña con pataleta – madre desquiciada, y ni rastro de la siesta.
A las siete y media de la tarde, la irritación es por cualquier cosa, y el sueño la vence (irremediablemente) casi antes de cenar. La noche, que para ella ha empezado bien pronto, pasa sin muchos despertares, los justos para mamar y seguir durmiendo.
A la semana de este proceder, yo, o sea, la mama desquiciada, está rozando ya la locura no transitoria.
Porque conformen pasan los días y no dormir la siesta, a esta hora, en la que el sueño viene a visitarla y ella se niega a recibirlo, el mal humor se instala en ella, y cualquier cosa le parece mal, con la consiguiente perreta.
Ella, mi niña, la que no ha llorado nunca más que por los justitos golpes… y yo, perdiendo la objetividad de forma muy peligrosa.
Qué fácil es dejar de confiar en una misma, y en ella, cuando el cansancio empieza a hacer mella.
Y entonces llegó el momento crítico: jueves dos y media de la tarde, niña llorando sin motivo aparente, mamá en estado de shock.
Las pocas neuronas que me quedaban en movimiento se iluminan, y llamo al teléfono de la esperanza, que con voz dulce, y paciente me indica de forma clara los movimientos a seguir para soportar y sobrellevar el momento vértigo.
Y pasa… y pasó.. Y sobrevivimos.
Salimos a la calle, cogimos aire, dimos un paseo, nos recreamos en el cielo, las nubes, los pajaritos, y las hojas…
Llegó la noche, y llegó el sueño. Momento que yo aproveché para hacer un estudio de lo que pasaba y encontrar soluciones. Algo llamado The Terrible Two, me explicó muchas cosas, aunque realmente hay ciertos aspectos con los que no estoy de acuerdo. Creo que lo principal es que mi bebé está dejando de serlo conforme pasan los días, y que así debo asumirlo. No forzar es una buena premisa para acompañarla a crecer dia a día.
La base está en la distracción y las actividades, dentro y fuera de casa.
Las ceras y la pared conforman un lienzo maravilloso. Requiere de vigilancia para que el lienzo no se extienda a toda la casa, pero creo que la tranquilidad bien merece el sacrificio de una pared.
Hemos descubierto unas canchas de fútbol-baloncesto, que a media mañana están vacías, y que son el lugar ideal para correr… Correr sin límites, hasta que nos cansemos. Nunca pensé que correr sin acotar el espacio fuera tan beneficioso para el carácter de los niños.
Los libros de la biblioteca municipal han sido un descubrimiento muy valioso.
Y así ha ido pasando. Y así va pasando.
Pero no todo ha sido terrible. Nos han venido a ver desde París, alguien que nos quiere mucho mucho, y ha venido cargado con unos libros maravillosos… que nos tienen ocupadas mirando sus dibujos bastante rato cada noche.
Y cuando el sueño llega, y Emma duerme… A mí me ha dado por estudiar historia.
Visitando rincones con mucho salero
Después de una semana terrible, que aún debo digerir para poder contarlo, nos levantamos temprano (una vez más durante la semana) el sábado. La MamáPollo, nos informó de que era el día de los museos, y por lo tanto se podían visitar de forma gratuita. Se me encendió la bombilla ipsofácticamente.
Hacía tiempo que quería visitar el Museo de la Sal, y después de desayunar y hacer las tareas básicas, nos pusimos en la carretera con rumbo las Salinas.
El día estaba algo fresco y un poco nublado, pero yo confiaba en que pudiéramos disfrutar de un paseo agradable sin mucho frío. Y así fue.
El Museo está muy bien. El camino que lleva hasta la entrada es un puro camino de Fuerteventura, con veroles, tuneras, siemprevivas y piedra cal. Me gusta que se haga jardín con lo que tenemos, con lo que somos. Esa costumbre de poner césped en una isla que no llueve, que es desértica y que por tanto, el agua debería ser tratada como oro, me parece de un mal gusto digno de catetos-nuevos-ricos. Aquí hay picón, piedra y arcilla, y de esos colores deberían ser nuestros jardines, sobre todo los que dependen del Cabildo o Ayuntamientos (punto positivo para el museo).
No sé qué tienen las Salinas que me gustan tanto. Creo que la primera vez que miré las salinas para ver algo distinto a lo cotidiano fue a través de la película Mararía. Y de pronto, en algo que formaba parte de mi paisaje natural, encontré una belleza escondida que me resultaba del todo cautivadora.
La visita al museo se me hizo corta. Hay mucho para leer y para ver, pero con LaMariposita de la mano, se hizo imposible. Ella estaba más interesada en salir afuera y correr por en medio de los trastones de piedra.
Tenía la esperanza de que pudiera llevarme un folleto con toda la información recopilada para poder leerla en casa más tarde, pero no fue posible: no existían tales folletos más que los de uso dentro de la instalación (punto negativo para el museo). Al final de las salas, hay un video explicativo, de cómo se saca la sal del agua. Explicado por un lugareño al más puro estilo majorero.
Ver la sal tan blanca en montañitas sobre las paredes de piedra negra, es una imagen preciosa. Por momentos parece nieve. Es curioso que después de ver el fondo de tierra de las “minipiscinas” de donde se saca la sal, ésta sea tan blanca.
Al final del paseo entre las salinas se encuentra el esqueleto de una ballena. Se ve desde la carretera cuando pasas con el coche, y ya impresiona. Está completo y muy bien conservado, pese a estar a la interperie. A mí me hubiera dado para estar dando vueltas alrededor del esqueleto por lo menos un par de horas, para ver bien los huesos y sus formas.. Pero Emma tenía otras intenciones. Con lo que queda patente que tendremos que volver dentro de un tiempo, a ver si conseguimos que mis intereses y los suyos se pongan de acuerdo.
Ya he dicho del gusto de esta niña por el agua. Pues después de esta visita queda confirmado que empiezo a preocuparme. No puedo perder ni un nanosegundo su mano. Desde que ve agua quiere salir corriendo hacia ella, y le da igual que tipo de agua sea. Lo mismo le da una piscina, que mar abierto, que una palangana con agua. Hace unos días paseábamos por el muelle, y tuvo una intentona de bajar por la escollera del paseo para irse al agua.. Pues ayer en las salinas igual. Pretendía colarse por debajo de la cuerda que hacía de valla para ir a tocar el agua.. En fin, que como dice cannnela me equivoqué con el nombre, no es una mariposita, es una sirena, con todas las letras.
Cuando ya nos íbamos empezaron a disiparse las nubes y a salir el sol tímidamente, lo que nos dío para sentarnos en uno de los bancos de piedra que miran al mar y tomarnos un tentenpié de lechita que nos dejó satisfechas para emprender el camino de vuelta a casa.
Artesanías para celebrar que ya no hay muertos en mis armarios
Llevo todo el mes de Mayo, con la lista de los 21 días. Tengo que decir, que estoy muy contenta de haberla hecho y de haberla puesto en marcha. He revuelto la casa del revés, por zonas y por días, así que la organización es más llevadera de esta manera. Al mismo tiempo, he sacado muchas cosas, unas han ido a la basura, otras al reciclaje y otras han vuelto ordenadas a los armarios. Está siendo una revolución considerable de materia física y energética… voy encontrando muertos en el armario. Esos que guardé sin casi asegurarme bien de que no tuvieran pulso, y ahora al remover salen agonizantes.. No veo TheWalkingDead, pero estoy segura de que los muertos de mis armarios pugnan por salir de sus escondites como los personajes de esta serie. La diferencia es que yo ahora no soy la misma que los guardé. Ahora peso casi 5 kg más, tengo otras prioridades, y lo que es más importante, tengo la cordura y claridad que no tenía antes. Ahora, con la mano y de un solo golpe, he acallado el más grande de los quejidos. Así, incluso, ha llegado algún mensaje, real, (cosas de las sincronías) casi al mismo tiempo que yo sin despeinarme me deshacía de los muertitos, y de la misma forma: sin despeinarme, he silenciado el mensaje también.. Ay! quién me lo iba a decir.. La cuestión, es que ya mis armarios no huelen, porque ya no hay muertos en él.
Y con esta seguridad que da el andar libre de equipaje, hemos puesto rumbo al cento-sur de la isla, y hemos visitado la 26º edición de la Feria de Artesanía, del pueblo que mi mamá.
La feria este año está llena de joyeros, o esa fue mi primera impresión. Me llama la atención la cantidad de diseñadores de joyería que tenemos en las islas. Hay piezas de plata con picón (lapilli) que son una auténtica maravilla. Otras combinan cuero con cristal de murano, otras son simplemente de plata muy trabajada… Todo esto se vería mejor si yo me hubiese acordado de sacar la cámara en el momento en que los veía, pero así funciona mi memoria ahora, con casi 25 minutos de retardo.
También habían caladoras, cesteros, artesanos del cuero, alfareros.. Unos cuantos puestos de muñecos de trapo… en fin todo un despliegue de artesanía.
Allí estaba MiColegui con todas sus cositas preciosas, como siempre. Ver todo expuesto así, siempre hace que se me contagie una especie de fiebre y me den muchas ganas de coser, de cortar, y de usar todo lo que están en esos armarios que ahora están ordenados. Dedicados al patchwork, habían dos stands más: Pimpi y Yolanda, que tenían un stand muy country. Realmente me gustó mucho todo lo que tenían expuesto. Y Bianca, con su puesto predominantemente azul, y sus quilts geométricos. Tenía un tapiz de un faro que me dejó con la boca abierta. La verdad es que todo es patchwork, pero todo es muy diferente, cada una tiene un estilo muy marcado y muy característico.
En la entrada al recinto hay colocados dos molinos de agua en miniatura. A mí me pareció un buen fondo para una foto de LaMariposita. La coloqué, me aparté ligeramente y en lo que encendí la cámara, ella localizó el ruido del agua y en un nanosegundo metió la mano, para el momento que disparé, ya tenía mojada media camisa.. No hay remedio para esta niña. Siente una atracción incontrolable por el agua.
Y al final, y para mi sorpresa, en la carpa de alimentación, me encontré con un obrador alemán, que solo vende en mercadillos, y que tenía estos fabulosos pretzels. Ya tengo la ruta de mercadillos que siguen para poder seguir degustando sus dulces.
Entre berenjenas y Richard Parker
Este fin de semana que ha pasado, va a ser uno para el recuerdo. Ya está la crónica hecha en el libro de vida de LaMariposita, porque sé que no se va a acordar cuando sea mayor, así que de estas pequeñas (grandes) cosas que nos pasan-hacemos, voy dejándole reseña escrita en una especie de diario.
El sábado asistimos a una masterclass en la piscina municipal. Me ha quedado confirmado que mi niña es un animalito acuático al 100%. Antes de que nos dieran permiso para entrar al agua, ya estaba como loca por tirarse. Y verle la cara de absoluta felicidad no tiene precio. Fue una hora que pasó rápido, que salimos arrugaditas, pero que lo pasamos pipa. El resto del sábado lo pasamos entre puzzles y hellokittys que van a dormir, y yo navegando por pinterest. Ahí fue donde encontré la planificación para dejar la casa fetén con un orden y sin agobios.
Dicen los expertos que para hacer un hábito o quitar un vicio se necesitan 21 días. Siguiendo esta teoría, he ajustado lo que he encontrado por la red, a mis propias necesidades, lo he puesto bonito y ahí está colgado en la cocina. Hoy ha dado comienzo mi reto de casa organizada en 21 días. Después de esto estaremos igual, pero más ordenadas, algo indispensable para que mis chakras sigan alineados.
Hace dos semanas que revolví todos los cajones de mi estudio, y me hice el firme propósito de toda crafter: no comprar material nuevo, terminar lo que estaba a medias, y gastar todo (lanas, telas, hilos…) lo que está en casa.
Me ha dado fuerte, lo sé.. y ahora he hecho un alto en el camino de las telas, para irme a por las lanas.
El calcetín lleva huérfano de compañero desde por lo menos el 2009. No entiendo por qué tengo esta maldita costumbre de dejar las cosas a medias, es sencillo y bastante cómodo de hacer.. Seguro que cuando me tocó hacer el segundo algo pasó por mis narices, arrebatándome la atención.
Ayer por la tarde, aprovechando la bajada de las temperaturas, nos quedamos en casa, leyendo y viendo todos los cuentos que tenemos. No puedo evitar una satisfacción interna cada vez que oigo que Emma dice: mama mama un cueeeto, señalando el estante donde están todos sus libros. Creo que puede afirmar sin equivocarme, que he puesto la semillita de la lectura en ella. Leímos y tomé té con leche en mi tacita de primavera.
Anoche, y para rematar el fin de semana, me puse a ver La Vida de Pi. Me gustó, mucho. Sobre todo, lo que me hizo pensar. Gracias a esta peli, tengo un nuevo calificativo para ciertas personas. Esas personas vampiras de energía, crueles, aprovechadas, y egoístas.. Esas que desgraciadamente pareciera que se reproducen como setas.. Esas.. Son todas Richard Parker. Y lamentablemente todos conocemos a alguna.
No sé cómo he podido llegar hasta aquí sin saber lo que es ser un Richard Parker, y sin la berenjena del whatssap.. Mi vida ahora es mucho más fácil.
Stitch in time
Esta semana, me he dado prisa, incluso creo que me he obsesionado un poco con el tema. Lo que me ha venido estupendamente para paliar esta alteración de sentidos-ánimos-humores. Supongo que es la primavera, que ya que está pasando sin que se note, meteorológicamente hablando, podría también ahorrarse estos efectos secundarios que a todos nos vuelven la cabeza del revés.
Así que para hacer frente a todo este estado, me he refugiado en mi leonera a dar puntadas a conciencia.
Este patrón lo compré en la feria de Lancaster, en el año 2006. No fue hasta el 2007 cuando me senté a recortar piezas y a elegir telas. Así, organicé las 24 secciones de las que consta. Empecé a coser ya rozando el 2008, donde mi vida era una auténtica montaña rusa, de estados y emociones, así que en algún momento me harté y lo guardé. Tan bien guardado ha estado, que no había tropezado con él en todos estos años.
Cuando lo descubrí hace 15 días. Lo fui abriendo con sumo cuidado pensando en que debía encontrar a alguien a quien endilgárselo, porque ahora mismo no contaba con la tranquilidad y sosiego que eran necesarios para poder acabarlo. Mi sorpresa vino, cuando empecé a hacer balance de bolsitas: secciones y piezas. Estaba todo preparado: telas elegidas, piezas cortadas, y organizadas. Solo faltaba coser.
Me dio un ataque de esos que me dan, ahora ya con menos frecuencia: esto es una prueba del destino. Así que me puse un reto, y ya a estas alturas sabemos que un reto para mí es un faro.
Eran 5 secciones las que faltaban, a una por día. En una semana estaba todo cosido.
Luego poner bordes. Planchar, como se pudo. Y a acolchar. Aquí MiColegui y su increíble Bernina, han sido una pieza crucial en terminarlo. Solo un poco de acolchado aquí, otro poquito allí, y voilà! Tapiz terminado.
No me lo puedo creer! Es una labor increíble, no por lo complicada sino por la necesidad de orden y concentración para elaborarlo. Otro punto para mi orgullo personal.
Como datos técnicos puedo añadir que fueron 24 secciones con un total de 586 piezas. Algunas de las cuales no llegaban a medir 5mm.
Ahora a buscar el mejor sitio en el estudio para que luzca.
Lo que dio de sí, la limpieza de Primavera
Después de las vacaciones de Pascua, llegamos a casa, con la fuerza y la necesidad de hacer la limpieza de Primavera. Pero una limpieza de verdad, no ya solo de limpiar, sino de sacar cajones, y ordenar.
Todo fue más o menos lo esperado. Aunque ordenar los papeles de la casa, del trabajo y de las comunidades… me llevó más tiempo de lo que había pensado. Incluso tuve que hacer acopio de carpetas y separadores para poder poner todo en orden. Todo ello me sirvió para hacerme el firme propósito de no dejar en un cajón las cartas que voy sacando del buzón, sin ni siquiera abrirlas. Propósito por cierto, que me ha durado una semana: Infinita pereza de enfrentar los números de la economía doméstica.
Anyway, después de tener el pisito limpio y en orden, no habia escapatoria: tenía que sumergirme en el estudio. Estudio es el cuarto del fondo, que sirve como: cuarto de invitados, sitio de estudio, sitio de trabajo, sitio de costura, sitio de la ropa, en fin.. sitio para todo.
El trabajo en este cuarto era para varios días: lo tenía claro.
Y ahí que me fui, arremangada, y dejando a LaMariposita que me ayudara.
Empecé por los cajones de las telas. Tengo cajones con telas para usar (más de media yarda), cajones con restos (medias yardas y menos), y cajones con trabajos a medio hacer.
Con los restos, he hecho tiras, tipo jelly roll, y ya tengo en marcha un Irish Chain Quilt.
Pero lo peor ha sido el cajón de los bloques y trabajos. Descubrí cuatro tops enteros, y un sin fin de bloques sueltos. Qué desastre!
De los tops enteros, he terminado por completo el quilt hecho a partir de un jelly roll de Moda. Lo compré en Chicago en el 2007, lo cosí en el Norte y en Gran Canaria durante el 2008-2009. Lo empecé a acolchar en el 2012, y lo he terminado hace una semana. Qué tremendo, algo tan chico, eternizado en el tiempo.
Es precioso, y me ha encantado hacerlo… Pero a Zeus pongo por testigo que no me volverá a pasar (bueno, igual sí…)
Tengo otros dos quilts que solo están a falta del borde y de empezar a acolchar.. Y en esto voy a concentrar mis energías.
Tengo casi la mitad de los bloques del Centenial Sampler, otro tanto del Dear Jane, lo mismo de otro sampler… En fin, una locura.
Pero, lo que me gustó encontrar fue un tapiz increíble que compré en el 2006, preparé y cosí durante el 2007… y luego se fue a dormir el sueño de los justos. Estaba completamente olvidado.. tanto que ni recordaba tenerlo.
Es un trabajo increíble, un auténtico puzzle con telas. Está completamente preparado (papeles y telas cortadas e identificadas) a falta solamente de coser 5 secciones y unir. Y ésto es lo que lo va a salvar de por fin acabarlo. Ahora mismo no podría ponerme a cortar piecitas, identificarlas, y coserlas. Ahora solo tengo paciencia y tiempo para coser sin pensar en mucho más. Si el tiempo me acompaña, este finde lo podré ver terminado, y después del trabajo que es, tendrá una entrada exclusiva.
Y para terminar, y como dicen por aquí: la cabra tira pa´l monte…Hoy empiezo un nuevo SAL.. Empezó hace algunos meses, pero tenemos un pequeño grupito liderado por MiColegui, que lo hemos empezado el viernes.
Es decir, que el año que viene por estas fechas, me veré haciendo de nuevo limpieza de cajones y volviéndome a encontrar otra pequeña montaña de trabajos a medias. Creo que en este punto, lo mejor será aceptar la naturaleza inacabada de la crafter que hay en mí.
Tejiendo doble para el próximo invierno
Hemos estado una semana de desconexión total en MiNorte.
Creo que hasta LaMariposita tenía depre cuando volvimos el domingo. Entre el cambio de hora y dejar la playa y la libertad atrás, estaba bastante pochilla.
Esta semana ha sido la primera vez que no ha hecho nada de viento. Los días estaban mejores que el verano incluso. Realmente ha sido un regalo.
Emma ha probado la fría agua del Norte, y lejos de querer salir corriendo, solo quería adentrarse más, y no salir del agua. Creo que es medio sirena esta niña, su pasión por el agua no tiene límites.
Estos días, en familia, y con LaPeque a mano, tuvimos oportunidad de hacernos una buena sesión de fotos.
Este año, he tejido varias prendas dobles.
La February Lady Sweater para mi, está tejida en Cascade yarn 220, en color verde. La tejí cuando estaba embarazada. Me sobraron como tres ovillos de la misma lana, y no pude resistir la tentación de tejer la Baby Sweater on two needles. Hice las mangas en redondo, no como indica el patrón, que las hace abiertas para luego coser, ya saben que soy una enemiga total de las costuras en la lana.
Después de un resultado que me enamoró, no pude reprimir el ataque de volver a tejer para las dos.
Lo siguiente fue el Owlet. El mío lo había tejido en mi estancia en GC, en el año 2009. Me encanta este jersey. El de Emma, lo he tejido en la misma Katia Perú, con dos ovillos que tenía perdidos por casa. No he acertado totalmente con la talla, así que durante el verano la nena crecerá lo suficiente para que el invierno que viene pueda usarlo. Los botones han sido cortesía de LaMamá. A mí me da una pereza terrible coser tanto botón, y mamá se puso a ello y los cosió en un periquete.
Por último la Modern Garden Cardigan. En este caso tejí primero la de LaMariposita. El resultado me encantó y la suavidad de la lana (100% pure wool de MiMadeja) es espectacular. Para la mía, hice un pedido a Cardando la lana, que recibí con ayuda de Siona. Así la tejí exactamente como dice el patrón con Eskimo de Drops. Se teje en un pis pas, porque la lana es bastante gorda y se usan agujas de 10mm.
Con los días de verano que ya han llegado, nuestras prendas a juego se irán al armario a esperar el invierno que viene.
Así que ya estamos cambiando la lana por el algodón y a seguir tejiendo.
Los detalles técnicos en mi rav.
Y si todo se trata de cuidar y acompañar?
Este fin de semana he hecho dos cosas fuera de lo habitual: el sábado me metí en la cama a las 8:30 de la noche, después de un día sin siesta y con un cansancio infinito. Aprovechando la hora del planeta y con la mariposita durmiendo ya, apagué todas las luces, y me acosté con una mini lampara a pilas y mi libro. Terminé de leer Astrid y Verónika. Tengo ideas confusas acerca de la opinión que me ha creado. Aunque tengo varias conclusiones: todos los libros de escritores nórdicos que he leido tienen páginas oscuras que lees deseando que acaben, aunque quieran escribir una historia de amor y amistad, siempre hay pinceladas de novela negra . Aún así, me encantan. La descripción de las estaciones, de los escenarios… Han hecho de este libro una lectura sosegada y deliciosa.
Y el domingo por la mañana después de un sueño reparador, terminé de ver Intocable. Que por cierto, me ha encantado. Me ha hecho reír, y se me han asomado las lágrimas a los ojos, más de emoción que de tristeza.
Después de la peli y el libro, en mi cabeza está la misma conclusión: y si todo se trata de cuidar de alguien? de acompañarlo? de escuchar y de preocuparte por su confort?. No creo que haya nada más satisfactorio que esto. Y con esto en las neuronas, me ha dado por sacar recuerdos, y hacer balance.
En una vida donde el amor de pareja ha pasado a la inexistencia por elección, la amistad y el cariño sincero han pasado a ser algo muy valorado por mí.
Hubo una época en que tuve una amiga. Mayor que yo.. Siempre tengo amigas mayores que yo.
No hace tanto que fue.. Sin embargo, tengo que rebuscar recuerdos.
Fue alguien importante. Acompañante en diversas situaciones, guardiana de secretos, cómplice en circunstancias complicadas.
Y el tiempo pasó.
Yo me reproduje, ella desapareció.
Me acuerdo de ella, a veces, de vez en cuando. Y no alcanzo a entender, a veces pienso que no entiendo porque no quiero. Porque tal vez, la explicación sea más dolorosa que la ignorancia del tema.
Y mientras tanto cuido de la mariposita, y me preocupo por mamá, y por el patrón y el planeta neptuno, y por el gurú, y la bajista y la peque, (que ya puede conducir… ), y me siento feliz, porque tengo mucho por lo que dar gracias y por lo que sentirme completa.
Colores contra ideas revueltas
Hoy sábado nos hemos levantando temprano, no por nada en especial, sino porque a nuestros cuerpos les ha parecido suficiente el descanso, y han abierto los ojos. Nuestros cuerpos, que no mi cerebro, que le ha parecido un descanso del todo insuficiente.
Con un cerebro medio dormido, me meto en la ducha, y de ahí a preparar los desayunos. LaMariposita pide un cuento, para pasar el rato hasta que me siento con ella a desayunar.
Mi cabeza sigue dándole vueltas a varios asuntos. Cosas que no me deberían ni siquiera de perturbar, sin embargo lo hacen. Esto de la maternidad, es lo que tiene. Que ya no puedes mirar para otro lado cuando las cosas externas se ponen de un color que no te gusta. Antes había temas en los que prefería no meterme, total tampoco tenían que ver del todo conmigo y mis vivencias. Ahora, mi cabeza me obliga a tener una opinión contrastada y fundada de cualquier cosa. De forma inconsciente me preparo para el momento en que LaMariposita me pregunte sobre cualquier tema que se le ocurra o le perturbe y yo no me quede en blanco.
Y en estos caminos poco recomendables para transitar un sábado por la mañana con la cabeza a medio gas y cara de pocos amigos, me obligo a no juzgar, y a pasar por encima de situaciones que tengo alrededor y que me parecen muy poco acertadas. Me obligo a decirme que cada cual es libre para hacer lo que estime oportuno, y a vivir su vida de la forma que más le convenga.. Pero qué puedo hacer cuando alrededor mío, veo mamás que valoran las bondades de los bebés en función de las horas de sueño que les regalan, que empiezan a darles de comer cereales con miel del hermano mayor, a bebés de apenas cuatro meses, y que les parece que el dr. Estivill merece un altar en cada casa… Me cuesta controlarme, me cuesta morderme la lengua, y dejarlo correr…
Supongo que ellas deben sentir lo mismo cuando me ven a mi.. Con un control total sobre los horarios, sobre las comidas, sobre las rutinas, con la manía de llevar a a mi niña pegada a mi constantemente, con la locura que irradio al plantearme no escolarizar a la niña, y con la intención de no buscar otro trabajo distinto al que ahora mismo tengo…. Y entonces me tranquilizo, porque yo sé que a nosotras nuestra forma nos funciona. Desde que tuve el positivo en mis manos, y la certeza de que Emma venía, no he hecho otra cosa más que concienciarme y emplearme a fondo por prepararme para vivir lo que estoy viviendo. Y esto es lo único que me importa y me sirve. Los niños vienen sin manual, y allá cada uno. Que cada cual lo haga como mejor le venga, o como Dios le de a entender.
Y así, respirando profundo, y buscando tranquilidad, me pongo a dar color al día, y a planear la agenda.
En mis agujas, un Milo para LaMariposita.
En mi corazón, un propósito: no juzgar.
En mi cabeza: un recordatorio: no volver a regalar cosas hechas por mis manos… ver una colcha hecha por mi, con telas con mimo escogidas, con puntadas pensadas…, ser utilizada como alfombra, es una imagen que me va a costar olvidar.
Y escuchando a mi querido flaco, nos vamos a exprimir un fin de semana con amenaza de tormenta.