Ya sé que hace rato ya que llegó el verano, pero parece que yo estos días voy llegando tarde a todo.
También sé que esto que acabo de escribir no es real, es una sensación que me acompaña últimamente, solo una sensación. Producida por la necesidad de hacer un montón de cosas que llenan las listas que hago cada domingo, y que me producen un total agotamiento físico el lunes por la noche.
Igual estaría bien que dejara de hacer listas, yo que sé.
La cosa es que ya estamos oficialmente en verano. Con niñas sin obligaciones escolares y con necesidades lúdicas diarias. Con un apetito voraz, y con ideas extraordinarias y no siempre recomendables. Lo que no consigo lograr es hacer que Emma no madrugue. No hay forma, y como muy tarde, a las 8 está en planta, diciendo buenos días a pleno pulmón o cantando como un gallo, dependiendo del cable que tenga cruzado cuando abre los ojos.
Me parece increíble que haya pasado el primer año escolar.
Un año escolar llenísimo de acontecimientos y aprendizajes, tanto para ella como para mí.
La diferencia en el nivel madurativo de la niña que entró con la que ha terminado el curso es tremendo. Ya no hay una niña pequeña en ningún sitio de esa persona que me acompaña día y noche.
Habla, razona, se ríe, se enfada.. Pero ya no hay rastro de niña pequeña. Es una niña, con cara e ideas de niña mayor.
Lo mejor, con total diferencia de este primer curso, ha sido la profesora que tiene Emma. Cuando elegí el colegio para Emma, lo hice pensando en el proyecto global, en el proyecto escolar del colegio, el programa y el sistema de enseñar. También me dí cuenta muy rápido, que por muy bueno que fuera el colegio, si la profesora no se hacía con Emma y ella con la profe, todo iba a dar igual. Afortunadamente, la profe de Emma, es genial. No creo que hubiera podido tocarle una mejor. Es respetuosa, paciente y a la vez firme, y es capaz de sacar de los niños lo mejor de ellos. Sabe como motivarlos, y como hacerlos sentir responsables e importantes.
Este primer año también ha sido muy importante para mí. He tenido que socializar con todas las madres de los compañeros de Emma, ir a los cumpleaños, los actos que se han celebrado en el colegio, y he aguantado todo el curso, sin abandonar el grupo de whatsapp.
Me ha servido para ser más empática. He procurado ponerme en los zapatos del otro antes de lanzarme a hacer un juicio sobre cualquier situación que estuviera aconteciendo, y también a callarme cuando la ocasión lo meritaba. No ha sido fácil, para qué nos vamos a engañar.
Hemos acabado el curso, las dos, con buenas notas. Ella lo ha logrado académicamente, y yo socialmente.
Y ahora nos esperan dos meses de mucha agua, mucha arena y sol moderado.
Totalmente de acuerdo en lo de las listas, es mas, lo primero que deberías hacer es una lista enumerando uno por uno los motivos por los cuales no es aconsejable que hagas listas.
A empezar siempre por el principio… 🙂
Ay, que duros los grupos de whatsapp de mamis! No lo voy a echar en falta este verano. Pero no puedo quejarme: además de un buen proyecto educativo y una buena profesora, conseguir buene sintonia con los demás padres es importantisimo.
Como se nota el paso de los 3 a los 4 años….es verdad lo que dices, mi nieta entro en el cole siendo un bebe casi y ha salido siendo una niña. Como hablan, razonan, se enfadan, te ponen en tu sitio…a mi como soy su abuela me toma el pelo jajaja…pero me adora! Cuanto se aprende con los hijos, siempre! Eres una madre fantástica! Besoss
Fantástico!!! Un curso logrado… ay y quedan tantos 🙂
Me alegro de que todo saliera bien y llegueis contentas a estas vacasiones merecidas. Ahora a disfrutar y veranear…
Mil besos y FELIZ VERANO !!!
🙂