El sábado, me molestaron. O al menos esa fue la idea.
Yo puse cara de super molestada, para no quitarle la intención al molestoso.
Pero la verdad, la niña que tengo dentro, se pasó todo el sábado saltando en una pata. Y aunque yo estaba sentada cómodamente en una sillita al Sol, en medio de un pinar que era el paraíso para los recolectores de piñas; la niña, se pasó corriendo de un lado para otro todo el día.
Me llevaron a Tejeda, a los Llanos de la Pez, y a los Pechos (qué sitio!!!!)
Saqué unas cuantas fotos, y descubrí, que aunque haya que recorrer unos cuantos km en coche, se puede ver que también aquí llegó el Otoño, y que todo está naranja y precioso.
La luz del Otoño es espectacular.
Me abracé a un pino de gran tronco, y me recargué de energía para unos cuantos días, porque es lunes, y el día que tengo por delante va a ser duro y complicado.
qué bonito está todo!!! este finde me toca a mí…tengo ganas de disfrutar de esos parajes y recoger alguna piña que otra para el belén que tengo en mente…qué tal todo? besos