Y llegó Agosto, y nos preparamos a recibir visita.
Llegó la visita desde París, y nos trajo nuestro ejemplar de El Principito en su lengua máter, dedicado y todo, y como acompañamiento a estas letras, nos trajeron unos deliciosos maccarons. Que duraron lo mismo que un suspiro.
Nos pusimos por primera vez zapatos, que no podían ser de otro color que rojos.
Y nos atajamos del calor con baños de agua salada en piscina, hasta nueva posibilidad de viajar al Norte y sumergirnos en el Atlántico sonoro.
Después de eso, nos preparamos para festejar el primer cumpleaños de la Mariposita. Pero como la vida, todo tiene un lado dulce y uno amargo. La mariposita cumplía su primer año, y la matriarca nos dejaba.
90 años. 4 hijos. 16 nietos. 15 biznietos. Quiero pensar que una vida larga, plena, amorosa y tranquila.
Ahora toca mimar a las nuevas matriarcas, y un poco a todos, que de pronto estos días nos sentimos un poco huérfanos.
Delicia de macarons. De zapatos. De sal. Pena por los que se van. Bienvenidas para los que llegan.
Abrazos (grandes, como el principito) para las dos.
UN AÑO YA!!!!
Como pasa el tiempo, no hay nada como una visita que traiga regalos y esos regalos mmmmmmmmmmmm que buena pinta!
Espero que hayáis disfrutado de estos momentos tan especiales.
Un besote 🙂
Hola guapas, ánimo que hay que seguir. Que guapa la "rodajas" con su "mikinini" (esto lo decía Sara de bebé) y los zapatos un primor.
Muchos besitos a las dos.
Pilar.
Siento lo de tu abu 🙁 fin de un ciclo y comienzo de otro, claro q sí!
Los zapatos de niña me encantan!!! la mía ya tiene unos cuantos…rojos, rosas, azules, beige…y unas zapatillas preciosas pintadas a mano y personalizadas con su nombre! cómo me conocen!