Seguimos con nuestra frenética actividad de Adviento.
Pusimos los copos de nieve, hechos con ganchillo, con este patrón super divertido de hacer, y muy rápidos. Una vez colocados, no nos quedó otro remedio que ponernos un gorro y un buen jersey y asomarnos a la calle a ver qué tal habían quedado.
A la pregunta de ¿por qué debemos ponernos un gorro Emma?, la respuesta era rápida y lógica: mamá está nevando. ¡Claro! a veces mi lógica se va de vacaciones.
Pintamos piñas, pintamos más copos, para recordar cuándo fueron nuestras primeras Navidades.
En el cole, la clase de Emma está haciendo un Belén, cada niño ha tenido que hacer una figurita de plastilina. La nuestra ha sido una oveja. Yo creo que la profe de Emma ya me va conociendo. Se nos ha quedado un poco Trancas-Barrancas. Pero, ahí está.
Y aunque andamos metidas de lleno en estas fechas, que parece que el tiempo se detiene, mi pipa de aguacate, me sigue recordando que todo sigue marchando, que el tiempo sigue pasando. Casi 5 meses después ahí está: casi 40 cm y unas hojitas.
Hicimos truchas. ¡Ay! las truchas. En esta cabeza asociativa que tengo, la Navidad viene aparejada a las truchas de batata, al encendido del árbol y al anuncio del turrón del Almendro. Es la primera vez que las preparo en casa, y tengo que decir que ha sido una experiencia tremendamente grata, olorosa y gustosamente hablando.
Esta es mi receta super particular. Puse en remojo las pasas en Anís del Mono, (y un chupito para la cocinera, fundamental para que todo salga bien). Y a hervir, una batata pelada y cortada en trozos, con la ralladura de un limón y un palo de canela. Cuando la batata está blandita, la casa huele a Navidad y el Anís te va dando ese puntito de ganas de cantar y bailar. En este momento es buenísima idea poner los villancicos de Michael Bubble. Se escurre y se machaca la batata, y se le añade, un buen puñado de almendras y las pasas remojadas. Yo compré las almendras ya molidas del Mercachona, y las pasas las corté con el cuchillo.
Se mezcla todo, y le añadí dos nueces de mantequilla. Una vez que la pasta está bien mezclada (tipo puré de papa), se le va añadiendo azúcar. Esto es super personal, ya que depende del gusto la cantidad. Yo no le echo mucho, que no me gusta el empalague.
Y finalmente, se añade canela molida, y ralladura de limón.
Se mezcla un poquito más, y ya está el relleno listo. Es importante apartar niñas de tres años que son rápidas con la cuchara, y que si te descuidas, se comen parte del relleno.
Las grandes maestras trucheras, hacen la masa de harina y demás, pero aquí nos gusta más comer que amasar, así que masa de obleas (tipo empanadillas) y a rellenar se ha dicho. Se fríen en abundante aceite caliente y si se puede, esperar a que se enfríen.
Casi lo más difícil.
Todavía quedan.. ¿Quién quiere una trucha?
Yo quiero truchaaas… Ummm qué pinta. Vengan a casa y me ayudan a decorar 😉 besitos
esas truchitas tienen muy buena pinta 🙂
¡Quierooooooooooooo!
Que buena pinta tienen esas truchas !!! Besos.
No las he probado nunca pero es leer tu explicación de la receta y empezar a desearlas con locura. Yo quiero!
Menudo espiritu navideño que se respira en tu casa. Cuánto estais aprovechando Emma y tu este adviento!
Pero bueno… tu tambien tienes un aguacate en agua como yo, y casi de la misma medida con hojitas!!!!
Voy a tener que pasar más amenudo por aquí!
Y si yo quiero truchas! espero poder provarlas no???
besos