En estos últimos días he oído muchas conversaciones que no he entendido. No entiendo lo enredado de lo obvio, lo que me ha llevado a pensar, ¿cómo es de opaca la venda que llevamos en los ojos?.
¿No vemos porque no queremos ver? o ¿No vemos por protegernos?.
Me miro al espejo, y dejo que mi venda caiga. Me veo algunas canas, algunas arrugas, las últimas mentiras que me han dicho, que yo he obviado.
Veo los kilos de más, el moreno del verano, y tropiezo con mas mentiras…
Mentiras que dejo ir, que dejo escapar, ¿para qué recoger lo que me lanzas si solo conseguirán mortificarme?.
No las quiero ver, me coloco la venda y ya.. ya no veo lo que no me gusta.
Todos hacemos lo mismo, tamizamos la realidad para tomar solo lo que nos nos incomoda, lo que nos gusta, lo que hace que dibujemos sonrisas.
La línea que divide las cosas que no nos gustan de las que podrían afectar seriamente nuestra vida es muy fina, y mucha gente la cruza, y decide no ver nada. No ver lo que puede causar la infelicidad o la decepción mas grande, sin darse cuenta de que ese momento llegó en el preciso instante en que dieron con la verdad, aunque luego la hayan disfrazado.
¿Y quien soy yo para decirles cuando han de quitarse la venda?.
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no hay más ciego que el que no quiere ver violeta!
pero pues coincido con eso que dices ¿quien somos para quitar la venda?
=S
ay tantos enigmas…
ni hablar “asi es la vida”… me choca esa frase ! porque yo creo que la vida no es así, la vida la HACEMOS ASÍ!