Me han llamado la atención. Me dicen que escribo siempre como si estuviera triste, o enfadada…
La verdad, la verdad… pues no sé. Puede que sea cierto. Puede que cuando como ahora, estoy feliz, no me sale nada que merezca la pena ser leído.
Acabo de volver de “luna de miel”, unos tres días en la playa con Trufo y una personita que me vela las noches, y que me hace feliz con solo mirarme. Lo he pasado muy bien, y hoy mi cara da fé de ello (mis pupilas están en forma de corazón… aaaayyyyy).
Sin embargo, a quien le importa esto????.
Yo tengo la opinión de que a la gente le gusta muchísimo más leer, que la luna de miel se ha acabado, y que mi alma vuelve a vagar sola por estas calles, buscando lo que perdí, llorando las noches que viví, y pensando en el tiempo que ha de pasar hasta que vuelva a sentir lo mismo.
Aún así, yo lo intento, sin embargo, bajo este estado de embriguez amorosa, todo lo que me sale es empalagoso, repetitivo y manido (como dijo aquel…).
Lo siento, Danielo, otra vez me salió un churro.
En serio te digo, voy a coger la cámara instantánea que tengo en el cerebro y en cuando tenga un momentito así de rebosante felicidad, lo guardo y lo sacaré para algún próximo relato.