Hace ya rato que le vengo dando vueltas a lo que significa tener un hobby. Y voy a hablar aquí de mis propias conclusiones, como personas que desde que tiene dos dedos de frente, tiene hobbies. No uno, ni dos,… muchos hobbies.
Soy alguien a quien la vida, por momentos le parece una montaña muy cuesta arriba que subir. Recuerdo una época, un poco después de la adolescencia y también después de la juventud… vamos, cuando cumplí los veintitantos. Esa época en concreto, la vida me parecía dificilísima y aterradora. Tenía que poner en práctica lo que decían que me habían enseñado en la Escuela de Ingeniería, y al mismo tiempo tenía que administrar el sueldo que me pagaban por ello; sin descuidar las relaciones sociales y familiares, y a ser posible procurarme un sitio adecuado para vivir. Mira, me canso con solo pensarlo. De esa época con tantos platos en el aire, salí medio airosa porque tenía varios hobbies.
Cualquier cosa que me interesaba un poquito, y que llamaba mi atención, yo lo convertía en un hobby, que para mí no es otra cosa que dedicarle una cantidad importante de horas, y dosis extraordinarias de ilusión y entusiasmo para cada minuto que componían esas horas.
Encontrar algo que te reúna estas dos cuestiones: tiempo y ganas, es un tesoro, a mi modo de ver.
Como te digo, en esos años, casi todo lo convertí en hobby: escribir, pintar, cocinar, coser, hacer patchwork, tejer, bordar, tener un huerto, y más tarde el scrapbooking, y el cartonaje. Seguro que algo más probé por ahí, pero no me generó lo que le pido a un hobby para que se quede en mi vida. Yo a un hobby le doy tiempo y ganas, a cambio le pido satisfacción, entretenimiento y mucho disfrute.
Hoy en día no concibo la vida sin mis hobbies, y hago malabares para hacer un reparto equitativo de mi tiempo entre ellos. Mi vida es más rica y plena teniendo hobbies y estoy convencida de que yo soy mejor persona teniendo al menos uno. Seguro que si no tejiera estaría de muchísimo peor humor cada día, por poner un ejemplo. Cualquiera sabe qué clase de persona intratable sería si en aquellos momentos tan complejos de existencia, no hubiera encontrado esta vía de escape.