Hoy intenté empezar el post transcribiendo la canción de Ismael Serrano, “Un muerto encierras”, y estando en su página, encontré esto en su libro de visitas:
“Mis ojos no han dejado de estar tristes todo el día… mis ojos… insisto en creer que son los ojos!! Y sí… me lo invento… me lo miento… aún sabiendo que mis ojos sólo son ese espejo de lo que mi mente ha estado pensando todo el día… por qué no podrían ser las manos el espejo…? o los pies? así no se notaría y no tendría que dar explicaciones llenas de palabras que se atraviesan sin dejar escuchar a las que realmente son…hace tantos siglos que el miedo me había dejado… este miedo que carcome los huesos…este miedo que me quita la respiración, que me deja con la cabeza en la almohada tratando de controlarme… no sé … lo habré llamado? pero el miedo es maldito… el miedo me atormenta más que lo que me hace hoy estar triste… y entonces lloro a escondidas, lloro en un espacio mío mío… en el que él no se da cuenta… pero por qué llorar así?… no lo sé… no lo sé… aún más que el miedo, contestar esa pregunta es lo que me provoca lágrimas… Y de repente me levanto de la cama… sola en una habitación que cada vez he reconocido más, un cuarto lleno de mis últimos meses… lo he mirado por todos lados… lo he reconocido una y tantas veces más, entonces… decido quedarme… decido luchar hasta el último suspiro por esto, por todo lo que hemos construido durante tanto tiempo… si se va, me iré yo, si se queda, entonces… comenzaremos de nuevo el vuelo, con gorriones atados a nuestras muñecas…”
No sé quien lo escribió, pero desde luego le doy infinitas gracias por poderle poner voz a estas lágrimas que salen en silencio y a solas. Si se queda o si vuelve aquí otra vez, lucharé por esto hasta el último suspiro, con gorriones atados a nuestras muñecas, y con todo lo que ya sabemos.