La excursión del domingo (II)

Despertarse el domingo, y tener un cielo completamente despejado, que te obliga a ponerte encima cualquier cosa y salir a la calle. La amenaza de los cielos grises, los días más cortos, y el fresco, están ahí, llamando a la puerta. Estos últimos días de verano, me urge  salir,  tirarme en la arena, y disfrutar de estas temperaturas casi con obligación.
Primero nos dimos una vuelta por  el mercadillo, y nos aprovisionamos de aceite local, y de galletas de gofio y plátano. Las preferidas de Emma.
Y luego nos fuimos directas a refrescarnos.
Las playas urbanas se convierten en un sitio de absoluto asombro para mí. No sé que me producen más si aversión o atracción.
Me he criado en la playa. Pero en playas donde no hay pasarelas, ni papeleras, ni tampoco socorristas.
Y no tener este mobiliario urbano, no suponía ningún problema. La arena estaba limpia, la playa cuidada, y todos hacíamos un uso responsable de ella.
Este verano, descubrí con asombro lo sucia que estaba la arena de MiNorte. Tanto así, que en menos de un cuarto de hora, mis hermanas y yo fuimos capaces de reunir más de una veintena de colillas. Mientras la sangre te hierve y la ira te inunda.
Ahora las playas tienen papeleras, pasarelas, bancos.. Y es cuando más sucia está. No nos hacen falta estos accesorios para educar y para ser respetuosos, pareciera lo contrario, cuanto más intentamos urbanizar la naturaleza, más salvajes nos volvemos nosotros.
Esta playa urbana a la que fuimos el domingo, está limpia, pero no porque sus usuarios sean más limpios que los que van a MiNorte, porque aquí la población es la misma, y usa una u otra según sean las ganas de hacer kilómetros, la diferencia es que una tiene servicio de limpieza y la otra no. La basura se sigue dejando en la arena.
Y como esto, todo lo demás, la base está en la educación. ¿Pero a quien tenemos que educar, a los mayores o a los chicos?

3 opiniones en “La excursión del domingo (II)”

  1. Me temo que en eso, como en todo, más vale predicar con el ejemplo. Si los padres no entienden la importancia de reducir residuos y ser respetuosos con el medio ambiente, por más clases de ecologia que reciban sus hijos, no van a recoger ellos las colillas de sus padres.
    Cuánta razón, que pena que se hayan desnaturalizado tanto las playas, que sea necesario limpiarlas cada día es una verdadera lástima

  2. Hay quien no tiene miramiento con la naturaleza u los espacios públicos.
    Son gente salvaje que dejan mucho que desear, emnos mal que son una minoría y somos muvhos los que cada vez más estamos concienciados en tener limpio el medio ambiente como tenemos nuestros saloncitos de casa 🙂

    Besos!!!

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