De enamoramientos arquitectónicos

Este sábado nos pusimos super elegantes, y nos fuimos a Lajares a celebrar las bodas de oro de mi tío, el hermano mayor de mi padre. La ceremonia religiosa nos la perdimos porque Emma no es capaz de mantenerse en silencio mas que en la biblioteca. Pero gracias a la tecnología, y al altavoz colocado en lo alto del campanario de la iglesia, nos gozamos el audio de todo lo que pasó. Así pudimos oír los “si prometo” de mis tíos y las palabras que sus hijos les dedicaron,
Es bastante difícil dejar que se te escape la lagrimilla mientras corres con tacón, al tiempo que mascullas “emma que me mato, párate pordios” detrás de esta pequeña niña-inquieta que tiene muchísimo por investigar. Difícil que no imposible.
La celebración fue en una casa rural . Donde nos reunimos gran parte de la familia. Para mí faltaron dos personas muy importantes, pero como el cúmulo de lágrimas y emociones exteriorizadas de este mes lo tengo cubierto, voy a obviarlo. Fue la primera trasnochada de Emma, y para aprovecharla bien, no estuvo quietita ni un segundo.
Al llegar a la celebración sentí algo. Algo que pensé que nunca más volvería a sentir. Sentí ese cosquilleo en la barriga, que unos describen como mariposas, y que pasa siempre antes del desastre. Sí, esa enfermedad terrible que, gracias al cielo, solo dura un par de meses. Desde que pisé el suelo de la entrada lo sentí, fue creciendo a medida que avanzaba por las terrazas, se hizo casi tangible cuando pasé por la zona de la piscina, y ya para cuando llegué a las habitaciones y el pasillo acristalado, era totalmente perceptible por mis pupilas en forma de corazón y la música de violines, que al parecer sólo yo escuchaba. La casa me había enamorado por completo y yo solo pensaba en como traer mis cosas hasta aquí o cómo llevarme la casa para mi calle.
Rendida a sus pies, sin solución.
La noche fue cayendo y la estampa que se me presentaba era cada vez más idílica. Desde el sábado por la noche estoy viendo fotos en la web, ideando planes, haciendo cuentas.. (suspiro)
El domingo, me levanté con la misma sensación, aunque hice todo lo posible por despistarme y alejar LaAsuncionita de mi mente.
Nos pusimos a pintar en en la pared de mi pequeña Picasso. La verdad es que su obra va adquiriendo un tamaño considerable. Cada vez que viene alguien a casa, me encanta ver la cara de espanto que pone al verla. Yo la encuentro preciosa.
Emma me preparó grandes tazas de café. Le digo que varíe, y que me de un té, pero nada, ella dice: afeeeeé afeeeeé, y no hay forma de que me de otra cosa.
Por la tarde nos fuimos al parque, esos que no me gustan nada, porque tiene ese suelo de corcho maloliente, y que me parecen que son el mejor campo de cultivo de cualquier virus, bacteria o germen. Allí buscamos hormigas, y bititos, que parece que es lo que más le interesa a Emma, en lugar de los toboganes y los columpios.
Pero nada, la casa sigue ahí, en la esquina izquierda de mi cerebro, en el mismo sitio que estuvo la carrera, el piso, la vida que tengo ahora,…  la esquina de los sueños. Me pronostico un mal de amores cercano, y muy muy doloroso.

5 opiniones en “De enamoramientos arquitectónicos”

  1. Me solidarizo contigo,yo también tengo muchos sueños acumulados en ese lado de mi cabeza….pero es bonito soñar de vez en cuando,no crees?
    Tu eres aún joven y seguro que conseguirás cumplír más de uno yo ya tengo menos esperanzas,pero aún así no pierdo las esperanzas ,además soñar es gratis….
    Besos a las dos y feliz semana.

  2. Anda q no tienes tú peligro 😉

    Persigue tus sueños, pero sin prisa, cada momento de la vida tiene un espacio y un lugar para los sueños y para ir cumpliendo cada uno de ellos…tú bien los enumeras, carrera, piso…

  3. Enamorarse de una casa… que me vas a contar a mi que estudié arquitectura! Eso si, practico el "en casa del herrero" y vivo de alquiler, como terapia antienamoramientos. Ni cortinas tengo!
    La casa es genial, dan ganas de hacer la maleta y plantarse en tu isla de vacaciones, ya! Cuentame que hace mucho calor y hay mucho turista en Agosto… a ver si asi me quito la idea de la cabeza.. ains…

  4. qué bueno son esos enamoramientos…A disfrutarlo, nunca se sabe a dónde se puede llegar.
    La pintura de Emma me encanta, qué buena idea.
    besos

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