Como dice un gran amigo mío: Estoy que me llevan los demonios.
Hoy quería escribir sobre la madre naturaleza y cómo nos sorprende cada día. Me iba a poner a ello, cuando he escuchado en la radio una entrevista a Teddy Bautista, el director de la SGAE (sociedad general de autores)… y en cuestión de segundos, este señor ha hecho que me hierva la sangre.
No entiendo cómo se puede ser tan hipócrita y demagogo al mismo tiempo.
Dice este señor, que hoy día los discos son el material cultural más barato, más barato que un libro, me pregunto ¿dónde los compra?, porque yo miro y re-miro, y veo libros a 6€ y discos que no bajan de 15€; y encima dice que es el precio mínimo.
Sé de muy buena tinta cuánto se gasta en hacer un disco, autoproducido y con una tirada pequeña (es decir, la opción más cara), así que no quiero ni hacer cuentas para saber cuánto le cuesta a la Sony hacer una tiradita de cientos de miles de copias. El problema es que todo el mundo quiere comer de un pastelito, con lo cual no queda más remedio que subir el precio, para que la porción que le toque a cada uno sea considerable.
Es decir, que no me creo su discursito para nada, y que me parece una auténtica desvergüenza que nos intente convencer de ello con estos argumentos.
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Soy feliz… soy un hombre feliz
Vivo en un país libre
cual solamente puede ser libre en esta tierra,
en este instante,
y soy feliz,
porque soy gigante.
Amo a una mujer clara
que amo y me ama sin pedir nada
o casi nada (que no es lo mismo) pero es igual.
Y si esto fuera poco
tengo mis cantos que,
poco a poco muelo e rehago
habitando el tiempo
como le cuadra a un hombre despierto.
Soy feliz, soy un hombre feliz,
y quiero que me perdonen
por este día los muertos de mi felicidad.
Silvio Rodríguez/Pequeña serenata diurna
Quién me iba a decir que después de dos semanas en un trabajo que me gusta, que me realiza, yo iba a estar tan feliz. Pensaba, ilusa de mí, que no iba a poder con la gente, con la casa, con la distancia de un amor que tengo clavado en el alma…. Sin embargo, con la mirada hacia atrás me doy cuenta de que he podido con todo eso. Solo para ser feliz necesito sentirme útil. Qué cosas te enseña la vida!!
Lo importante es volver
Después de tres semanas en este lugar, he pasado un fin de semana en mi casa, en donde siento mi hogar.
La travesía en barco fue agradable; Trufo se portó muy bien… y yo no logré quedarme dormida, pero pude leer mucho de un libro que encuentro revelador en estos precisos momentos en los que se desarrolla mi vida.
Desembarqué sin novedad, y según tomé la carretera que debía llevarme de regreso a casa, pude advertir los primeros y más mínimos detalles del cambio. Nuestra alcaldesa con su equipo de concejales… han decidido colocar una serie de carteles luminosos a lo largo de toda la autovía. El primero advertía del peligro de la combinación entre el alcohol y el coche (muy acertado este mensaje en estas noches de verano); el segundo decía simplemente: lo importante es volver.
Fue como si un mensaje del mismo Dios me hubiera llegado. Era como si me hablara una voz del más allá. Alguien que supiera exactamente por el trance por el que paso.
Puede que sea simplemente casualidad, pero ¿por qué he de conformarme con esta explicación?. La vida está llena de señales, y esta era directamente para mí. ¿Qué importa el tiempo que pase fuera?…. Lo importante, siempre, será volver.
Eres…
No das respuesta
ni luz a mi jardín.
Y no hay guerrero
que descanse en ti.
No hay luna de agosto
ni lluvia de abril
que no haya dormido
antes en ti.
Eres pequeña
como una estrella fugaz,
como el universo
antes de estallar.
Vuelas como la risa,
como el diente de león.
Si yo te miento
tu lo haces mejor.
Eres la copa rota,
el mar en que me adentro,
viento que susurra,
el tálamo desecho,
ácido en mis ojos,
el café de mis mañanas,
la mano en el sexo,
el rumor de batalla.
No das respuestas
ni luz a mi jardín.
Y no hay guerrero
que descanse en tí
Eres/Ismael Serrano
Eso eres, eso y mucho más. Echo de menos aquellas madrugadas en los que eras portador de noticias… “una buena y una mala”… ¿te acuerdas?.
Pasarán más de mil años, muchos más… y yo, no sé tú…. seguiré acordándome…
Te quiero un mundo.
La dualidad de mi persona
Llevo dos días escuchando la misma frase: “no te entiendo, como puedes cambiar de parecer tan rápidamente, en unas horas”.
Y la verdad, ya me canso. No me siento con ganas de explicar que no soy un ser unipersonal. En mi cuerpo habitan dos violetas, que a veces están de acuerdo, pero que la mayoría del tiempo se pelean por prevalecer la una sobre la otra. Son como dos mellizas, unidas por un cuerpo, pero con dos cerebros para pensar y dos corazones para sentir. Así, ante una misma situación una puede sentir dolor y la otra sufrir un ataque de ira. Han de pasar unos segundos para que el cerebro central verifique qué sensación es la más intensa. Yo creo que es fácil de entender, y me parece mucho más original que el resto de la gente, soy rara, distinta, especial….me da igual. Creo que hay doctores que hasta le han puesto nombre: trastorno bipolar, le dicen. El nombre supongo que es lo de menos, la realidad es que soy dos, y esto al parecer a todo el mundo no le gusta ni lo entiende. Pero aún así, yo seguiré siendo dos violetas encerradas en un cuerpo con el que tampoco estoy contenta, ni yo ni ellas. Un momento, yo, ellas… ¿cuál de las dos soy yo?. Claro, yo soy las dos, soy una, soy la que al final prevalece.
¿Días grises o días negros?
Los días pasan, y las cosas siguen igual. Yo aquí, consumiéndome. Mi cabeza origina un tráfico de pensamientos diarios que son inabarcables aquí, así que terminan en la papelera de mi mente. Los días siguen pasando, y siguen siendo grises. No me acostumbro a esta ciudad (…), ni a la gente, ni a esta casa, ni a este tipo de contacto…
Me pregunto cuál es la diferencia entre los días grises y los días negros. Tal vez no haya ninguna, al menos en mis días, y podría decir que todos son negros, pero que tal vez diciendo que son grises disfrazo la realidad, que mis días grises son negros como una noche sin luna. Ya sé lo que piensa el resto, que me quejo de vicio, que ..bla bla bla.
Vuelvo a lo mismo, ahora esto es mi gran problema y parece que yo estoy sola ante él. Nadie me puede ayudar porque nadie ve el problema que tengo en frente.
Me acuerdo de un maravilloso libro que he releído “El desencuentro”, hay un párrafo totalmente desgarrador donde el protagonista afirma que después de unos desafortunados hechos y su propia cobardía, solo le queda una cosa: esperar a que su corazón deje de latir, y que con ello deje de respirar, llevando irremediablemente a su cuerpo hacia la muerte.
Los días pasan y yo sigo consumiéndome, nunca imaginé que a mis treinta, mis días iban a ser negros.
Mi paisaje
Cuando llego a este sitio, en seguida me invade una sensación de paz que me hace sentir a salvo mientras lo contemplo. Me reconozco en cada grano de arena, en cada ola del mal. Esto soy yo, y aqui es a donde quiero volver siempre. Ya sé que resulta contradictorio, pero quiero guardar este sitio para determinadas ocasiones, no quiero tenerlo al alcance de mi vista cuando se me apetece. Quiero extrañarlo, quiero sentir morriña… quiero poder volver y reconocerme en cada grano de arena, en cada ola de mar, en cada concha.
Esto es mi paraíso, mi paraíso particular, solo yo y el mar sabemos lo que hay entre nosotros.
Yo… me parto la cara por ti
Hace ya algunos meses que escuché esta expresión: “Me parto la cara por tí”, no sé, me gustó. Tal vez sea, porque en mi interior, me gusta ese hombre que es como un super-héroe, y al mismo tiempo un guerrero imparable, capaz de cualquier cosa con tal de tener a su “niña” a salvo. Que no se malinterprete, aborrezco cualquier tipo de violencia, pero me gusta la forma visceral de expresar este sentimiento.
Si traslado dicha expresión al campo de la amistad, siento lo mismo, me gustan las personas que lo dan todo por otra, obviamente no en el sentido literal, pero al menos sí en el sentido romántico de la historia.
Bien, unos días más tarde, o sea, hoy, la vida me da una de sus tremendas lecciones. Lo que parece no es y lo que es no siempre lo parece.
Yo creía que sabía quien estaría dispuesto a partirse la cara por mi, y también creía quien no. Como digo, hoy descubro quien realmente va a dar la cara por mi. Y estoy que no salgo de mi asombro. Estos hechos demuestran lo importante que puedo ser para algunas personas, en las que yo no he reparado más de lo que debiera, y me siento un poco mal por ello. Personas con las que comparto algunos ratos de vez en cuando, y para mi son eso, unos ratos. Sin embargo, hay evidencias que me llevan a pensar que para ellas no son solo unos ratos compartidos. Hoy, he aprendido la lección, espero no tener que repetirlo.
A todos los que estan ahi, y que se parten la cara por mi, gracias de corazón. Que no duden que mi metro y medio y yo, nos partiremos las piernas por cualquiera de ellos.