Ya es jueves, y aún no he colgado el post de mi fin de semana.
Un fin de semana, lleno de música, de cerveza, abrazos y mucha conversación.
Conocí a dos personas que tenía guardadas en mi mp3, y volví a tenerlas para mí sola como lo hago cuando los escucho. Ha sido una experiencia, como siempre, enriquecedora al máximo.
Ya terminé el libro, la novela, lo que se le quiera llamar, pero al menos puedo decir, que la cantidad de ideas que tenía esparcidas en un montón de papelitos se han aunado para conformar lo que ahora mismo descansa en las estanterías del Cabildo, en espera.
La luna va creciendo, y en nada estará llena, solo espero que llegue ese momento para que se me quite esta ansiedad, la desilusión, la morriña, y que por fin se llene este huequito que tengo en el pecho, antes de que siga creciendo y termine por engullirme.
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Qué buenas esas sensaciones, esa recarga de energía canción tras canción…
Qué bueno acabar de plasmar todas esas ideas en un conjunto que sirva para recargar las pilas de otros…
La luna en nada estará llena, para que nos recargue a todos.
Un beso muy grande como la luna. Gracias!!!
ya está llena, llegó el momento 😉
Suerte… y no dejes de contarnos… esas hojas en el Cabildo tienen su destino y yo, si no te importa, quiero saberlo… tuve mi tiempo de letras, renglones, historias y cuentos, pero como siempre la realidad se la engulló de un sólo mordisco. Ahora vivo en cuentos inventados a diario y tampoco me quejo, mi universo sigue perteneciéndome.
Suerte, mucha suerte, y muchos besos.
Mucha suerte con tu novela.