Me gusta mucho la palabra que usan en Francia para referirse a esta recién estrenada semana y mes: La rentrée. Me suena a arrancadilla, a coger impulso y a entrar con todas las ganas.
En estas estoy esta semana. Ya tengo todo listo para el cole de Emma, y también para afrontar el mes. Ya no puedo decir eso de que he sido estudiante media vida, porque la realidad es que hace demasiados años que dejé de ir a formaciones regladas, es decir: cole, instituto, universidad… sin embargo, sigo estudiando. Tengo alma de estudiante eterna.
Septiembre es además, el inicio del cierre del año, y esto también me estimula a planificar y organizar.
Ya te conté que cada año me hago una lista de propósitos y objetivos. Que desde el año pasado, que hice el Taller de Objetivos de Ana Albiol, soy capaz de filtrar concienzudamente cada meta que pongo, y saber qué quiero y para qué. Sobre todo el para qué. Es lo único que me queda al final cuando siento que las fuerzas me fallan. Si mi para qué está claro, y me mueve la barriga, me van a importar menos las piedras que vaya teniendo que saltar en el camino. En este momento del año, me planto delante de mi listado, elimino lo que ya está conseguido, o lo que ya no me interesa; que esto también me pasa. Lo que me movía en enero ya no lo hace en septiembre, y ¿sabes qué? Que no pasa nada. Se tacha y listo.
En este septiembre tengo tres grandes objetivos que dependen mayoritariamente de mí: repetir los cursos de Vanessa Marrero, para de verdad conseguir Tranquilidad Económica, que por momentos se me esfuma; presentar mi Manual de Primavera y hacer que lo lean hasta en Tombuctú; y un proyecto secreto que aún no te puedo contar. Ya lo sé, esto no se hace, pero es que en esta ocasión es así. Me lo perdonas.
Por medio de este último cuatrimestre, cumpliré años, casaré a mi hermana la chica, trataré de mantener la casa en condiciones mínimas sanitarias, descansaré, educaré, me beberé la culpa y me esmeraré en conservar todo mi brillo.
Deséame suerte y una agenda del tamaño de Isla de Lobos.
Bienvenida esa rentrèe, venga, mucha suerte y una agenda grande como quieres, allez, allez!