El cielo, de repente se ha quedado negro.
Durante todo el día ha lucido el Sol, sin embargo los rayos eran tan débiles que no llegaban a calentar el ambiente. Ahora el Sol, ya no está. Desde mi oficina puedo ver una pequeña porción del cielo que nos tapa cada día, y ahora de pronto lo único que hay es un fondo de color gris oscuro.
Poco a poco empiezan a caer una tímidas gotas, que parece que ni si quiera llegan al suelo. Según van pasando los minutos, estas gotas se hacen poderosas, de forma que ya son charcos en el pavimento de la fábrica.
Hace el mismo frío, pero ahora llueve.
El día se muestra solidario conmigo, y se transforma como un camaleón. Ahora los dos estamos del mismo color.