Tengo una familia postiza, que como casi todas, no es perfecta.
Las conozco desde que me salieron los dientes prácticamente, que para poder estar dentro de la imperfección que esta familia postiza requería, me salieron torcidos, con lo que tuve una ortodoncia durante tres años, contribuyendo una vez más a la imperfección que nos unía.
Somos como medios días y medias noches, tenemos pocas cosas en común, algunos intereses compartidos, y mucha necesidad de hablarnos, la mayor parte de las veces.
Somos capaces de reconocernos el estado de ánimo con solo oirnos las voces.
Ayer, aprovechando las circunstancias de estar en esta época del año en la que todo el mundo se reúne porque es lo que se estila, nos reunimos en casa de la peque, nos brindamos con truchas caseras de la niña del cuento, y mojamos pan en la salsa de doña detalles. Resolvimos unos cuantos problemas de las relaciones de cada una, de esas relaciones que la mayor parte nos quitan el sueño, y que son más llevaderas desde que las planteamos al resto de la familia y le ponemos solución en grupo.
En unos meses nos vamos de viaje las cuatro juntas, y aunque no es un viaje de sueño, tengo que decirles que lo pierdo desde que me acuerdo de que nos vamos, no saben las ganas que tengo de disfrutarlo!!!!
Chicas, de nuevo aprovechando el momento este de puro pasteleo y demagogia que trae la Navidad, les voy a decir que las quiero, y que aunque parezca algunas veces ausente, estoy aquí con cada una de ustedes. Ah! y saben que yo se los digo en cualquier época del año y de todo corazón.