Domingo de nuevo. Los domingos tengo la norma de no hacer nada por obligación. El trabajo, las tareas domésticas, las obligaciones, todas las dejo en standby hasta el lunes. Nada va a pasar por ello. Y a lo único a lo que me obligo es a dejar pasar el día, con tranquilidad y sin estreses. Pasar el día haciendo lo que realmente me apetece, y disfrutando de dejar la mente en blanco.
Para estos días tengo ciertas rutinas, que voy cambiando dependiendo de la estación en la que estemos.
Hoy, me he levantado temprano, por propio gusto. Al despertarme aún no eran las ocho, y sintiendo el cuerpo y la mente descansada me he puesto en pie. Al pensar en el desayuno en caído en la cuenta de que no teníamos pan. Hace ya cierto tiempo que no compro ningún tipo de pan. Antes compraba el típico pan de molde para bocadillos, pero desde que probé esta receta de pan de molde, ya ni eso. He puesto a trabajar a mi querida maquinita y para cuando Emma se despertó, el pan estaba listo. El desayuno dominical, se convierte en un rato que pasa despacio, y que me permite comer tranquila, leyendo incluso.
Después del desayuno, y recoger mínimamente la cocina. Emma se ha puesto a jugar con su último puzzle, que la tiene totalmente enganchada. A mí me llama la atención lo rápido que le ha cogido el truquillo, y ya casi ni requiere mi ayuda para acomodar las piezas. Yo aprovecho el rato para tomarme un vaso de leche con hielos de té chai, y alternando entre el ganchillo y la poesía.. Ay! la poesía!. Llega julio y a mí me entran unas ganas necesidades de leer poesía que no puedo controlar. Normalmente recurro a mis fijos, pero mi cartera se ha portado muy bien esta semana, y diligentemente me ha traído un libro de poesía sensacional: muchísimas gracias Rafa, me has arreglado Julio.
Seguimos en esa etapa en la que yo como modelo a imitar, tengo que vigilar cada mínimo detalle de movimiento. Emma es una auténtica “copiona”, y si yo leo, ella lee, si yo tejo ella juega, si yo no como fruta, ella tampoco…. Oh Damn!!
Esta semana casi al mismo tiempo que a mi me llegaba el Cicatrices, a ella le trajo nuestro librero esta nueva joya de Mónica Carretero. Hace mucho tiempo que la sigo en su blog, y me encantan sus ilustraciones. Este libro es precioso, ideal para la edad que tiene Emma (a puntito de cumplir los tres años) donde se fija mucho en mí, y en qué me pongo, al mismo tiempo que empieza a tener curiosidad e incluso opinión en lo que le pongo a ella. El libro tiene preciosos dibujos y pocas letras, ideal para este momento.
Como llevo diciendo algún tiempo, estas noches después de que Emma se duerme, y yo siento el silencio aprovecho para darle movimiento a las manos. Esta semana he hecho una auditoría de la cantidad de cosas que tengo a medias, que debo ir acabando, y a las que realmente me apetece meterle las agujas. Otra tradición de julio, es que me apetece siempre bordar, ya sea punto de cruz, o bordado en sí.
Me compré el libro de Marie Suárez cuando Cova decidió realizar un SAL sobre el libro. Y no me apunté. Quería dedicarle tiempo, y sabía que no era el momento. En la segunda edición del SAL no llegué a tiempo, pero ya tenía el libro. Intenté empezarlo sola, hace unos meses, y el resultado fue desastroso. Guardé todo en una cajita la mar de mona, y a pasar el sueño de los justos. Anoche, y después de releer el blog de Cova, me entró como el gusanillo. Busqué la cajita, y me puse a leer y mirar. Me puse un nuevo capítulo de True Detective, y me puse a darle a la aguja. Está claro. Cada cosa tiene su momento, solo hay que estar atenta saber detectarlo.
Y esto, es parte de nuestro domingo. Y esto para mí es Simply Life. O Simple felicidad.
Un domingo muy completo, si señora.
Me apunto el próposito de no hacer nada por obligación. Qué manitas tienes! Eso que estas bordando es una maravilla
Coincido en lo de bordar, también se me apetece siempre en verano, me rondan en la cabeza nuevos proyectos…. esta tarde empiezo un de ellos…. Pero no he visto en tu domingo ni vermut ni siesta… ay!
Me había quedado rezagada en tus post, ya estoy al día 🙂
Los domingos siempre me han gustado, son días apacibles, que pasan lentamente no sé porqué , Yo siempre procuro hacer algo especial, si, sólo por ser Domingo parece tener ese privilegio. Últimamente los míos son los días que visito a mi hermano, cuñada y sobrinos, nos tomamos un café charlando, los pequeños se bañan en la piscina, a veces termino cenando con ellos, otras marcho a casa al anochecer.
Pero siempre pasa algo distinto, algo divertido que recordamos durante buena parte de la semana.
Besos y cuidaos 🙂
Un domingo muy completo.
El domingo es mi día de hornear el pan de la semana!
Tu desayuno dominical tiene una pinta…
Los domingos siempre han sido mi día preferido de la semana, aunque afinando más lo son los domingos de otoño-invierno, aquellos en los que los turistas ya nos han abandonado y aprovecho para madrugar y dar un paseo por la playa vacía, en la que algúna vez coincides con otro/a madrugador con el que aciertas a cruzar una mirada entre sorprendida y cómplice.
Luego el regreso a casa y disfrutar del resto del día con la familia, cumplido ese pequeño ritual dominguero.