Aún seguimos con resaca de tormenta. El fin de semana pasado, nuestras islas se llenaron de lluvia, y de frío.
Supongo que esto es algo normal y esperable en la época del año en la que nos encontramos. Pero cuando se vive en una isla, pseudodesértica, la lluvia en sí, es un hecho extraordinario, que llena a los majoreros de alegría.
Esta lluvia fue de esas que aquí se le dice: lluvia parejita. Es una lluvia tranquila, que dura un buen rato, que no destroza, y que llena las gavias de la isla. La lluvia que esperan los agricultores, y también la que espera la tierra, que está ávida de humedad y como premio, en las próximas semanas nos regalará laderas verdes, y trastones verdes también.
Por eso, aquí la lluvia de esta forma se vive con alegría, con regocijo, y con fiesta.
Emma sigue con sus catarro intermitente, así que esta primera lluvia de otoño la hemos vivido desde detrás del cristal. Observando como corría el agua por la carretera, cómo se iban haciendo los charcos cada vez más grandes, y poniendo atención a ver si oíamos algún trueno.
De paso aprovechamos para hacer la primera actividad que se propone desde el cole: adornar un árbol de Navidad.
Lo hemos rellenado con unos mini-pompones que me traje de EEUU, allá por el 2006 y que dormían en un cajón, junto a otro montón de materiales y utensilios a los que poco a poco le daremos uso. En estos momentos me cae muy bien la Violeta consumista y previsora que hay en mí, y a la que le daba libertad para hacer y deshacer en mis visitas a los Estates. Qué cantidad de cosas que he ido acumulando y que ahora me vienen estupendamente para hacer estas actividades o pasar estos fines de semana de obligada reclusión en casa.
La segunda actividad que propuso esta vez el AMPA del colegio es un Nacimiento. Pinterest ha sido mi gran aliado en esta ocasión, y aquí estamos dándole a la brocha para hacer nuestra propia versión del Nacimiento en un cartón de huevos.
Yo hubiera pasado todo el fin de semana en medio de estas dos cosas. Pegando un poco, dejando secar, pintando otro poco… alargándolas todo lo posible. Sin embargo, aquí mi ayudante, es amante de los trabajos rápidos que se acaban pronto. Como hoy leí en el blog de Glaramknits, la paciencia no son virtudes propias de los tres años, así que supongo que actividades como estas nos ayudarán a cultivarla un poco. Tengo que ir buscando también los caminos propicios para ir curando el orgullo, la rebeldía… Y si pudiera ir acumulando dosis de paciencia para mí, también seria muy útil.
Y después de una mañana de trabajo, hay que llenar las barrigas. La crema de verdura es siempre un plato apropiado para estos días de fresco. El descubrimiento de esta semana es el queso fresco granulado del Lidl (cottage cheese). En las sopas, cremas, o caldos, queda espectacular. Otra novedad de esta crema, es que la he hecho de calabaza, pero en lugar de meterla en la crema en crudo, la he asado primero. Cada día estoy mas convencida de que podría vivir, sin muchas cosas, pero no sin mi horno!
Y por fin, uno de mis bordados de este otoño ya tiene sitio. Para que no se me olvide. Para que no se nos olvide.
Cômo me gustarîa poder disfrutar de la lluvia como algo inusual… Que alegrîa haber comenzado ya las actividades de navidad! Yo me contengo hasta la prôxima semana y de moment solo hemos hecho el calendario de adviento.
No concibo un canario sin calabaza en la cocina. Obligado cumplimiento. Mi abuelo picaba queso palmero, del ahumado, sobre el potaje, incluso sobre el gofio.
Ese árbol de Navidad tiene una pinta de acariciable! A nosostros nos encargaron una estrella para decorar la clase. Ya viste la primera pista en instagram.Pronto las fotos del resultado.
Ese pesebre… qué curiosidad. Por lo pronto, el que pineaste de rollos de cartón me tiene robado el corazón. Deseando ver vuestra versión.
Esa crema de calabaza, espectacular. Yo soy adicta a cremas y sopas desde que volví de Portugal. Habrá que probar ese queso.
Y por supuesto esos bordados que vas dejando ver en instagram PRECIOSISISIMOS! Qué manitas tienes!
Y la lluvia, aqui también nos ha llegado, pero no tranquila y pausada como la que tu describes. Aqui cuando llueve lo hace con intensidad y el alcantarillado nunca da a basto. Pero no me quejo; hace días que esperabamos a este otoño que no se decidía a llegar.
El otoño es época de catarros y pocos se salvan. Espero que Emma se recupere pronto. Besos
Me encantan los días de lluvia, tenemos tan pocos…
con su cremita calentita y una niña de diez meses mordiendome los dedos de los pies!