Hoy, recibí esto vía e-mail. Gracias Alberto, por mandarme estas cosillas.
Después de leerlo, he llegado a la conclusión de que no conozco mejor definición sobre el amor. Dos individuos que se encuantran, se conocen y deciden caminar juntos, claro, que lo que piensa cada uno poco tiene que ver con lo que piensa el otro.
“Él
A ella le gusta el amor. A mí no. A mí me gusta ella, incluido, claro está, su gusto por el amor. Yo no le doy amor. Le doy pasión envuelta en palabras, muchas palabras. Ella se engaña, cree que es amor y le gusta; ama al impostor que hay en mí. Yo no la amo y no me engaño con apariencias, no la amo a ella. Lo nuestro es algo muy corriente: dos que perseveran juntos por obra de un sentimiento equívoco y de otro equivocado. Somos felices.
Ella
Pretende que yo estoy enamorada del amor y que a él sólo le interesa el sexo. Dejo que lo crea. Cuando su cuerpo me estremece, lo atribuye a sus muchas palabras. Cuando mi cuerpo lo estremece, lo atribuye a su propio ardor.
Pero me ama. Y no lo saco de su engaño porque lo amo. Sé muy bien que seremos felices lo que dure su fe en que no nos amamos”.
( Raúl Brasca )