He hablado de él tantas veces que es casi parte protagonista de este blog. Aunque nunca lo he hecho de forma explícita y abierta.
Ha estado presente en mi vida desde hace cinco años aproximadamente, y con él he descubierto más de mí misma que de cualquier otra cosa.
Hemos vivido muchas fiestas, de esas que a la mañana siguiente no recuerdas muchas cosas pero tienes una sonrisa pintada en la cara; muchas tormentas, de esas que remueven cimientos y dejan todo descolocado y a tí desubicada; y algunas calmas, de esas que dejan todo en su sitio, limpio, fresco y renovado.
En medio de todo eso queda siempre lo que hay, lo que hubo y lo que habrá, que es una unión fuerte como si nos hubieran soldado, tanto como imposible de romper. Porque a mí me resulta inconcebible no escucharle de tanto en tanto, no correr a su lado si le da la tos, o él correr al mío si a mi me da por no comer.
Hay días, como anoche, en el que sufro de un deseo cuasi-incontrolable por matarlo, porque se mete en su caparazón de tortuga donde te tienes que dejar los nudillos de tocar, para que al final asome mínimamente la cabeza, y aún así no le reconozcas. Y hay días en que lo quiero arropar como si yo misma lo hubiera parido.
Él encierra mil canciones, y otras tantas melodías, él es el que me canta bajito sin ni siquiera darse cuenta, y él es el que me dio de comer cuando me negé a hacerlo sola. Por eso no puede desaparecer, y por eso yo no me puedo ir.
Hemos aprendido a entender lo que nos pasa, y lo que a veces sentimos, ha sido duro, pero ha merecido la pena.
Hace ya varios meses que no le veo, aún así no tengo la sensación de que haya pasado así, le tengo presente a menudo, y por eso aún no sé lo que es echarle de menos. Tengo la esperanza de que este mes le veré, y volveremos a disfrutar de un buen concierto, y de una fiesta comedida (porque aunque sé que eres más joven que yo, ya no estamos para estos trotes..).
Tengo ganas de verle, y de darle un buen arrechucho.
Qué bonito es ver a dos personas que se complementan, que están hechas la una para la otra…
Qué disfrutes del arrechucho!!!
Besos y abrazos
lo que yo te digo colegui, un avión y un achuchón 😉
me harás caso algun dia????
Violeta, me hiciste llorar.
En tus palabras he encontrado tantas similitudes conmigo que no he podido evitar las lágrimas
No dejes que esa historia acabe nunca.
^^ Viole, la edad y los trotes no tienen nada q ver… siempre y cuando lo quieras esos trotes seguirán 😀
Q bonito está, te felicito.
Oye q es arrechucho???
Te dejo muchos saludines especiales.
quiero llorar llorar llorar violeta… porque son lo más parecido que conozco a una relación (en toda la definición de la palabra) de estos nuevos tiempos… donde ay muchos temas no pendientes, si no comunicación y hablar y hablar y aahh… voy a llorar de nuevo…
como en los viejos tiempos amiga estoy estudiando a las 3 de la mañana /hora de méxico/ si alguien sabe que no duermo bien cuando estoy en examenes eres tu!!
te enviaré un correo pronto
te extraño violeta! cuídate mucho
Ojala podais veros este mes y disfrutar el uno del otro.
Es difícil tener una relación así con alguién, tan íntima, tan especial…muchas veces requiere mucho sacrificio…pero merece la pena…
Cuando esa persona te mira y sabe que te encuentras mal y te da un abrazo empiezas a ver la luz para salir del túnel…
Un abrazo…
Mmm… yo no entendí, es la primera vez que visito este blog xD
Me acabo de asustar… yo también tengo un Ángel así en mi vida. Es más, le enseñé tu post a una amiga y se quedó a cuadros jajaj.
Espero que lo veas pronto y os reencontreis como siempre 🙂