Cuando era pequeña y tenía pesadillas, me iba corriendo a la cama de mis padres, allí todos los malos sueños, los miedos, las angustias…. todo, desaparecía. Anoche, el lado oscuro de la vida penetró en mis sueños, ni juntando todas mis fuerzas conseguí soltar un pequeño gritillo. Aún así, fue suficiente para que unos brazos fuertes, que siempre están al acecho, me sacaran del trance y me devolvieran a la realidad, donde afortunadamente el lado oscuro no tiene poder. Esta es la misión que me gustaría que tuvieran mis quilts.
Me encanta preparar nuevos proyectos. Elegir el diseño, las telas, la técnica…
En esta ocasión, el quilt será un regalo. Un regalo muy especial. Será para mi amiga Mónica, una majorera, que vive ahora mismo en Sevilla, y que por culpa de eso no podemos pasar tantos ratitos juntas como antes.
Este verano, Mónica dará el “si quiero”, delante de todos sus familiares y de toda la gente que ella y Jorge quieren. Entre quienes tengo el honor de estar yo. Hay veces en la vida que me encuentro muda, mis palabras no son capaces de expresar todo lo que siento. Así que de un tiempo a esta parte, cuando estas situaciones me asaltan, ingenio un diseño, elijo las telas, la técnica….
Intento personalizar los quilts, imprimirles mis sentimientos por la persona a la que se lo voy a entregar, y sobre todo, me empeño porque el propio quilt tenga personalidad, y que sea capaz de abrigar a todo el que se ponga debajo. Y que por supuesto se convierta en esos brazos fuertes que siempre estén al acecho.
Mónica, te quiero mucho, y espero que junto a Jorge descubras una nueva etapa de la vida. Que se quieran cada día un poquito más, y que por supuesto sean muy muy felices