Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.
Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid.
Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
pongamos que hablo de Madrid.
Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.
El sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid.
Cuando la muerte venga a visitarme,
que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie,
pongamos que hablo de Madrid.
Madrid
Pongamos que hablo de Madrid/Joaquín Sabina
Volví a tus calles, que me recordaron en cuanto mis pies pisaron las aceras. Respiré tu aire, que mis pulmones recordaron en cuantro entró. En mi memoria aparecieron imágenes, que pertenecieron a otras épocas a otras gentes… Me sentí nostálgica, me sentí orgullosa, de poder volver y encontrarme con los fantasmas que dejé allí, congelados en el tiempo, esperando mi regreso. Me recibiste templada, ondeando la bandera blanca.
Paseé por tus avenidas, y me prometiste la paz a cambio de mi regreso. Espero que las dos podamos cumplir nuestra parte del trato.