Ahora sí que sí. Ya está todo colocado en su sitio, y nosotras en nuestras vidas. Por lo menos yo en la mía. Yo me vuelvo loca por volver a la rutina.
Hubo un tiempo en el que esto lo oculté. A mi alrededor había mucha gente a la que le salía urticaria con solo oír la palabra rutina. Todos querían salir de la rutina, la rutina les aplastaba y era la culpable de acabar con relaciones y felicidades.
Yo también dije alguna vez eso de: la rutina es horrible. Sin sentirlo de verdad. No me culpes, era joven y lo que quería era pertenecer al rebaño.
Pero la realidad es que para mi la rutina ha sido siempre mi tabla de salvación. Me da seguridad saber qué cosas pasan cada día, a grandes rasgos. Saber que me levanto, hago mi Miracle Morning, que desayuno, salgo a andar, luego trabajo. Más tarde me encargo del almuerzo; recoger a Emma del colegio, comer, salir a las actividades, volver, ducha, cena, y cama.
Esto es mi día a día en visión general. Por el medio pasan un montón de cosas, y casi cada día todas esas actividades que se repiten día a día, son distintas.
Como te digo, a mi me gusta la rutina, y a lo que me he dedicado en profundidad estos últimos 10 años, es a conformarme una rutina que me encante. Me gusta tener el día dividido entre responsabilidades y placeres. Entre lo que tengo que hacer y lo que me encanta hacer. Ya los domingos no me pesan, porque me encantan mis lunes, tanto como los jueves o los sábados. En verdad, me gustan todos los días.
Y soy capaz de verlo tan claro porque no ha sido siempre así. También ha habido épocas en que los domingos por la tarde tenía tal bola de ansiedad en el pecho que pensaba que me infartaba en cualquier momento. También había semanas enteras que no sabía ni qué había hecho, porque iba por ellas como “pollo sin cabeza”
Ahora no lo vivo igual. Ahora tengo una rutina. Una rutina diseñada por mi. Y me encanta.
Qué bien volver a la rutina, tan necesaria y no saber qué va a pasar este día a pesar de la rutina…me encanta a mí también; yo tenía en mi agenda, esta mañana de miércoles, 11 de enero, un paseo con unos amigos, bien trazado en el plan, previendo la salida, el desarrollo, el final y…cambiamos el trazado del paseo sobre la marcha y fantástico, resultó fenomenal salirnos del plan , de la rutina, hacer trizas lo planificado, aventurarnos en lo no previsto, aprendimos mucho y fuimos muy felices, que no está mal tampoco.
Viva la rutina y viva también hacerla añicos cuando se preste a ello y se pueda, que no siempre se puede.
A mi lo de recalculando… que te dice la chica del GPS me encanta. Y lo aplico a mi rutina cada día! 🙂