11 años con esta ventana abierta.
11 años de un montón de letras, canciones, comidas y puntos.
11 años de sueños… 11 años.
Abrí este blog para sacar afuera la cantidad de cosas que se me acumulaban en la garganta. Hoy sigue abierto con la misma intención, aunque le ha ganado terreno la necesidad de dejar testimonio de las cosas que van pasando por mi y nuestra vida. Esas pequeñas cosas que no son grandes logros pero que juntas hacen que nuestra vida sea llevadera y feliz. Sobre todo feliz.
Tengo muy interiorizado la afirmación de que la felicidad está en las pequeñas cosas.
Abrí este blog cuando me asomaba muerta de miedo a la treintena, y lo continúo hoy con un pie casi puesto en los cuarenta. La realidad es que por fin he asumido la alegría de cumplir años, y de celebrar. Qué necesarias y estupendas son las celebraciones. He aprendido a diferenciar lo necesario de lo accesorio. Y también he aprendido a valorar lo realmente importante. Y que lo más importante que tengo es el tiempo.
El tiempo que le dedico a las personas que quiero, y las cosas que me gustan, y a disfrutar de esas pequeñas chispas que la vida te pone en el camino cada día.
Viajo, 11 años después, muy ligera de equipaje. Sigo oyendo música en mi cabeza cada día, aunque ahora cante menos; sigo subrayando los libros que leo, aunque ya no tenga los bolsos llenos de servilletas con cosas escritas. Y sigo necesitando el silencio por la mañana, por eso me despierto una hora antes de que lo haga Emma, para poder disfrutar de ese tiempo en completo silencio.
Sigo teniendo sueños, muchos sueños. Tengo ilusiones, y tengo la necesidad de dar gracias a diario, por las bendiciones que la vida me ha dado en estos 11 años.
He concentrado mis inquietudes, porque otra de las cosas que he asumido en este tiempo, es que no me va a dar tiempo a hacer todo lo que me gustaría, y por eso me concentro en lo que realmente no quiero dejar de experimentar.
Estos días, pensando ya en la celebración que tenía por delante, hice tres de mis cosas favoritas: tejer, estar entre flores y cocinar.
He terminado el bloomsbury para Emma, he vuelto al jardín municipal para coger unas ramitas de lavanda más, esta vez me llevé ayudante y la tarea resultó mucho más fácil. Y al llegar a casa, preparamos un one-pot-pasta. Hace tiempo que veo estas recetas por pinterest, y tenía ganas de probar. Seguí mas o menos la receta, pero como no tenía champiñones, le puse unas habas y unas judías verdes. Bien de queso y nata. Tomillo y pimienta al servir. La verdad es que es un buen plato. Seguiré probando nuevas mezclas.
Y sí, la vida ahora, parece que me trata bien. Y yo me doy cuenta, y lo valoro.
La vida, cuando te limpias las gafas de ver, mola.
¡Q fácil parece la vida vista con tus "gafas"! mi vida este mes de junio está siendo un circo de 5 pistas q no alcanzo a manejar y me tiene desbordada.
¡Me alegro mucho por tí!
¡Un abrazo!
Muchas felicidades, me encanta leerte!
Muchisimas felicidades.
11 años que seguro han pasado volaaaaaaando.
Espero compartir otros 11mas 😉
Besitos!!!
11 años! Y porqué habré tardado tanto en encontrarte. Gracias por abrir esa ventana y contagiarnos esa felicidad de las pequeñas cosas. Estoy aprendiendo mucho contigo
Chaaaaacha, 11 años que nos conocemos ya???? la leche !!!!
Gracias por abrirnos tu ventana al mundo,
besines!
Felicidades guapa! Ojalá hubiese más como tú a mi alrededor.
wow 11 años Violeta nunca pares, leerte intermitentemente me llena de entusiasmo por seguir