Hoy es ocho de enero. Y desde hace tres años, esta es la fecha oficial en que comienzo a escribir. Yo, que ya me conoces un poco, soy de fliparme mucho.
No concibo la vida de otra forma. Cuando me flipo, voy con todo; cuando bajo a la mazmorra, también.
No sé ir de puntillas, y a veces esto es un problema, porque en todo invierto demasiada energía, incluso en aquellas cosas que no requerirían tanta. Pero es así mi naturaleza, y todavía no me molesta demasiado como para cambiarlo. Tampoco molesto al resto, así que everything under control.
Hace un montón de años, leí que Isabel Allende empieza cada uno de sus libros este día. Y yo, que como te digo, tiendo a la chifladura, me he propuesto imitarla. Dice el coaching que esto es modelar. Y que uno debe escoger qué comportamientos debe modelar para conseguir sus metas. Sabes también que soy una friki de todos estos temas, y aunque hay un gran número de detractores, que pasan por aquí a decirme que lo de los propósitos es toda una trampa y que es mejor fluir, no reacciono. Sonrío, y luzco sonrisa, que casi tres ortodoncias me han costado, y lo que dejo fluir son mis ganas de responder: ¡caminen!
En algún momento debería estudiar las razones que llevan a toda esa gente a imponer su criterio sobre el de los demás. A mí me va bien con mi planificación anual, escaletada y medida pero no por ello estoy yendo a la casa de nadie a repartir agendas y calendarios, obligando a nadie a seguir mis pasos. Que cada uno haga lo que le parezca. Yo voy a seguir con mis rutinas y tareas, porque para la vida que quiero vivir, me van fenomenal.
Y aquí estoy, ocho de enero, y a estas horas ya con mis 1.700 palabras sobre el folio.
Es un poco de mentirijilla, porque desde octubre-noviembre del año pasado, llevo recopilando frases, palabras, e ideas. También canciones y fotos. Porque mis libros se escriben de todo esto. La historia que me sale es un refrito de todo lo anterior. Pero lo que se dice empezar, es hoy. Tengo un faro que seguir, porque a grandes rasgos estoy clara hacia dónde va Sonia en esta estación.
Y aquí estoy. El Manual de Otoño ya tiene sus primeras páginas.