Pues sí. La historia viene de atrás.
Cuando yo era adolescente… no, no tan atrás.
Hace algunos años un dentista me dijo que tarde o temprano iba a tener problemas con mis muelas del juicio. Bien, estas dichosas muelitas (que dicho sea de paso, no sé para que salen, están tan atrás que no cumplen con su tarea de masticar los alimentos, porque la comida nunca, nunca llega allí, siempre se acaba antes; y cuando salen, que no es en todos los casos, cómo duelen las puñeteras!!), llevan algún tiempo dándome la lata. Y yo que soy un poco brutita, pues me he ido aguantando las molestias, las infecciones, los dolorcillos…
Este sábado pasado, una de ellas (lado superior izquierdo) decidió deshacerse de una parte, como quien se despoja de algo viejo. Noté en mi boca, como arena, piedritas… Quedé horrorizada al darme cuenta lo que podía ser. Intenté tocar la muela restante con la lengua, imposible, no me llega tan atrás, así que a lo bruto, espejito, boca muy abierta y unos pocos juegos malabares… Sí, me falta un trozo!!!!
Así que a esperar al lunes a pedir cita. Cita concedida para el miércoles.
Miércoles a medio día: Tu turno, el dentista Rodrigo te está esperando.
Para mi sorpresa, Rodrigo es muy guapo y jóven, y yo con la cara medio hinchada, sin nada de maquillaje, y con un humor….
Me acuesto en ese sillón (potro de torturas), y con una simple mirada me dice: Sí, está mal, pero si quieres te la saco ahora.
Mi primer impulso fue salir corriendo, total aguantar puedo hacerlo un poco más, pero al intentar incorporarme, me dí cuenta de que algo me sujetaba, primero era la mano del tal Rodrigo haciendo leve presión sobre mi hombro, y lo segundo una cadenita que me habían colocado para que no se me cayera ese baberito de papel que te ponen al sentarte.
Estaba atrapada!. Así que me limite a sonreir, entonando un: Bueno, si es la única opción.
Cuatro minutos más tarde ya la había sacado de mi boca, y me la enseñaba todo orgulloso.
Mi cabeza solo pensaba: ¡Por Dios! quítame eso de delante.
Ayer y hoy, todo el día a líquidos, cosa que me viene de cine.
Una menos! y creo que de juicio también!. (Tengo alguna otra cosilla que hacerme en la boca, no sé, seguro que alguna caries tendré, prepárate Rodrigo, que ahora voy a desplegar mis encantos)