Ayer por la noche volví a nacer, y lo digo (escribo) seriamente.
Después de una ligera cena, mi cuerpo me pedía “algo rico”. Me apetecía algo dulce, fresquito y en poca cantidad, porque solo necesitaba saciar ese pequeño agujerillo que queda después de una cena de productos light y en cantidades mínimas (lo que cuesta mantenerse en una talla, si le añadimos que no hago ejercicio ni a palos).
Me dirigí al cajón de las golosinas: chocolates, bizcochos, galletas, algunos bombones…. mi cara se transfiguró, los ojos fuera de las órbitas, se me salió la lengua y enseguida se formó un charco bajo mis pies. Mis manos iban descontroladas hacia la nocilla, pero pude cerrar rápidamente el cajón a tiempo. Tenía la esperanza que con solo haber olido el chocolate las ganas de “algo rico”, se hubieran pasado: Craso error.
Me decidí a abrir la nevera, a ver si allí encontraba algo adecuado para mi antojo, pero que no se transformara en sentimiento de culpa a medida que lo comía. Reparé en un pequeño bowl lleno de cerezasl. Un par de estas, estará bien, pensé.
Al mirarlas me percaté que eran grandes para ser la típicas cerezas que solemos comprar. De un golpe me metí una en la boca. La mordí, y ¡horror!, no eran cerezas. Eran ciruelas… muy chicas!!!, y yo, odio las ciruelas!!!!. Tenía que deshacerme rápidamente de ella, así que me la tragué.. con pipa y todo. Me acordé de que estas frutas tienen pipas cuando noté que la fácil tarea de respirar se complicaba bastante. La pipa se había quedado atorada en la garganta: ni para arriba ni para abajo, y yo sola en casa.Mi cara volvía a desfigurarse, ahora los ojos me lagrimeaban, la boca era como la de un pez fuera del agua, y mi piel iba de a poco poniéndose como mi nombre…Trufo me miraba y gruñía. Intenté darme una palmada en la espalda, lo que me provocó un tirón en el cuello, con lo cual ahora estaba inmóvil y seguía sin respirar. Tuve que hacer un ejercicio de autocontrol y poner mis neuronas a pensar.. un momento, ¿por qué no intentaba cerrar la boca y tragar?.La pipa pasó con cierta dificultad, lastimándome toda la garganta, bebí un poco de agua, y terminó por descender hasta el estómago.
Esta mañana estaba afónica. En el trabajo piensan que me fui de fiesta anoche, y ¿quien soy yo para contarles la verdad?.
excelente historia! excelente blog! saludos desde méxico!! =)que bonito escribes violeta =)
joe,vaya mal rato deviste pasar. a mi me paso algo parecido hace años pero con un trozo de bacon..que mal que mal
tia, me acabas de redactar una de mis peores pesadillas, ya te vale.. 😛 jajajaj, yo sólo me he atragantado de esa forma con el cola cao jajajja, si, sí, con el cola cao, y fue algo peor, vamos que yo acabé morada, tirada en el suelo y sin respiración ninguna, toma ya!! vamos que me pilla sola en mi casa y no lo cuento, uffff, q angustia…