Hemos pasado las últimas semanas activando y desactivando la alerta meteorológica. Alerta por lluvia. Alerta por viento. Alerta por fenómenos costeros adversos.. De amarilla a naranja, y viceversa. Actividades extraescolares al aire libre canceladas, indicaciones, precauciones, advertencias.
Cuando ya parecía que íbamos a superar este mes sin incidencias, se hundieron unas gabarras en el muelle de Gran Tarajal, y aún está por verse el alcance del desastre.
Mientras, como siempre, mi protocolo de alerta se activa a la perfección. Básicamente consiste en atrincherarse en casa.
Yo no sé ciertamente si ser casero, se nace o se hace. Pero la realidad es que aquí somos muy caseras las dos. El viernes por la tarde, al término de la última obligación semanal, volvemos a casa contentas y cantando, pensando en que ya no tendremos que salir de casa más hasta el lunes.
No estamos acostumbradas a tanto frío, al viento sí, pero al frío no. Y salir de casa supone un esfuerzo considerable, con este aire helado dándote en la cara.
Así las cosas, con alerta de por medio, el fin de semana empieza el viernes por la noche, con la compra recién hecha, y con el propósito de darnos calor y amor.
También tengo que decirte, que algunas de estas alertas por tormentas, han sido una auténtica estafa.
Anyway, una vez metidas en el protocolo de tormenta, lo primero es encender la crockpot y preparar un buen caldo. Esta vez y rizando un poco el rizo, lo he hecho de diferente manera. Antes (y digo antes, porque después de esto ya no hay vuelta atrás), metía todo en crudo en la crockpot y a darle candela. Pero en esta ocasión metí la carcasa de pollo con una cebolla partida en cuartos en el horno. Y lo asé todo durante un ratito. Con el resto de las verduras, hice lo mismo, más o menos, y las salteé en el fuego. Y ya sí que lo metí todo en baja durante 12 horas. Lo que salió de allí, juro que es el caldo más maravilloso que he comido jamás. De verdad te lo digo. Tanto así que no le hice nada, solo lo serví en un bol y me lo tomé de cena. Reconfortante, y sabroso. Vaya, un auténtico “caldo de pollo para el alma”.
El segundo paso del protocolo tormenta, es tener un dulce para merendar. No tenía ganas yo de improvisar, así que fui sobre seguro. Nudos de cardamomo del libro Pan Casero de Ibán Yarza. Si no tienes este libro, no sé a qué estás esperando para hacerte con una copia. Es un básico.
En este punto de la vida cocinera, he logrado encontrar el tamaño exacto del bollo, así como la proporción de relleno. Otro detalle importante: no pasarse con el tiempo de horneado. Si te pasas, los bollos están buenos recién horneados, pero se pondrán duros en unas horas. Quedándote justo o corto de este tiempo de horneado, te aseguras unos bollos ricos más allá del día. Si es que llegan a superar las 24h desde que los sacas del horno. Aquí se comen solos prácticamente.
Y los últimos dos pasos del protocolo tormenta, se conjugan juntos: proyecto y serie.
Estoy en un momento histérico de rebajar stash, así que estos días he buscado un proyecto para acabar con todos los merinos classic, cascade yarn, rowan dk.. un montón de medios ovillos que tenía por aquí. Encontré el trabajo perfecto en una rebeca para estar en casa. El patrón es la cosa más sencilla del mundo, y como desde el principio me la imaginé para estar en casa, no he tenido muy en cuenta la mezcla de colores. El único objetivo que tengo en mente es acabar con todos esos ovillos huérfanos.
Y esta rebeca la he ido tejiendo viendo This Is Us. ¿Por qué nadie me había hablado de esta serie? ¿Por qué?. He terminado de verla justo anoche, y vaya. Me ha encantado, maravillado y hasta obsesionado.
Es dulce, y cotidiana, y me ha revuelto un montón de cosas e ideas que tenía vagando debajo del pelo.
Es harto probable que vuelva a verla en breve, así de corrido, otra vez. Anotando algunas cosas tal vez.
Hazte un regalo, y dale una oportunidad.
A mí tampoco me gustan el frío y la lluvia, pero lo de quedarse en casa todo el fin de semana no es opción con mis torbellinos 🙂
Q rico el caldo y como reconforta…yo preparé unas sopas de ajo, q hacía siglos q no las hacía y ese calorcillo en el estómago es una sensación maravillosa.
Por cierto, la combinación de colores es rara, pero me gusta.
¡Feliz Marzo para ti también!
Vamos por partes, que este post da para mucho…
Lo primero… mira que llamarla Emma… juradito que cuando lo oí por la radio me acordé de ustedes… 😉
En cuanto al caldo… últimamente estoy con la receta de caldo de mi hermana, ella, además de las verduras, le pone carcasa de pollo, de gallina, carne de res y un par de huesos. Su forma es hacerlo todo en crudo y, ademas de comino, pimienta negra, laurel y tomillo añade unas bayas de enebro. Dice que lo del enebro es muy importante…
Nudos de cardamomo. Tengo LA receceta. Pero reconozco que no la he hecho. Me he centrado en bollitos de cardamomo del libro nórdico q te dije hace unos meses. No quedan mal… pero tp quedan bien… aunq creo q soy yo… q no les he cogido el punto…
Ser casero. Ay… como nos parecemos, amiga!! De viernes a lunes y sin salir de la puerta… a veces me entran remordimientos de conciencia y obligo a j a salir…
Del stash, mejor ni hablo. Ahora tengo en marcha proyecto gorritos de bebé para los nietos de mis compis…
Seguro que se me queda algo…
Ahhhh… la serie!!! La buscaré.., 😉