Todo comenzó en el trayecto de vuelta a casa después de la Semana Santa.
Emma tuvo a bien, comunicarme que estaba pensando en adoptar una mascota.
Yo, para mí, pensé que, había llegado el momento de explicar los pros y los contras de tener mascotas. La responsabilidad que supone tener un ser vivo a tu cargo.
Parece que ésta parte la tenía clara. Ella lo que quería era hacerme partícipe de la mascota que había elegido.
Un baifito.
Sí, amigos, un baifito.
La semana pasó, y siguió con la idea erre que erre.
Cuando fuimos a la Alcogida vio estos estupendos ejemplares de baifitos crecidos.
Y ahí parece que la cosa se recogió un poco.
Una tarde me dijo algo así como que lo había pensado mejor, y que había visto que los baifitos se hacen cabras que dan patadas, y que igual no era buena idea tener una en casa. Así que mejor, un perro.
No, si de tonta ella no tiene un pelo.
Los días han ido pasando, y ayer, entre fiebres y apiretales, me dijo algo así como que si no podía tener dos mascotas. Un perro y un baifo.
Al parecer lo tenía todo pensado: nos cambiamos de casa, y nos vamos a una que tenga jardín. En el jardín colocamos una caseta para la cabra, y en la puerta un agujero pequeño para que el perro pueda entrar y salir.
Esta niña mía no deja cabos sueltos.
Y hoy, repasando las fotos de las cabras, pues oye, tan monas que son. Y tan identificada que me siento con ellas.
A lo mejor no es tan mala idea
Las cabras tiran al monte.
Loca como una cabra.
Como una cabra harta de papeles.
Entiendo a Emma! Si yo pudiera tener una masflta, me gustaría un cerdo! 🙂
(Mascota)
Yo conozco quién tiene una cabra de mascota. Se la regalaron por su 40 aniversario. Así que ve tu dando ideas… Ahora, que puestos a tener un vallado en el jardín, creo que te pega más una oveja. Què si no te veo haciendo queso en vez de lana. Pero tu veràs. Si eso me mandas uno (un queso, no la cabra) para aqui.
Tener una mascota, sea cual sea la elegida, para los niños es algo maravilloso. Aunque llegan siendo mascotas y terminan siendo un miebro más de toda la familia.
Esa cabra tendrá suerte en teneros.
;D
Besos!!
Nosotros tuvimos una cabrita, era yo pequeño, tendría unos siete u ocho años y la tuvimos desde que nació prácticamente. Para mi era una mascota, para mis padres era la cena de Navidad, no te quiero contar el drama que se vivió en mi casa cuando me enteré de que me estaba cenando a mi mascota, Otelo era un vodevil comparado con la que monté en la cena.
Y lo mas jodido del tema es que la puñetera cabra me embestía cada vez que me veía, jajaja.