Último día en la treintena, y un golpe con la realidad

Ayer por la noche nos declararon en alerta naranja. Más o menos al mismo tiempo que empezó a llover.
Al poco rato se suspendieron las clases de hoy.
Y sobre la marcha empecé a improvisar planes.
Tengo la suerte de ser una jefa comprensiva a la par que permisiva, así que me di el día libre ipsofácticamente.
Tenía una cita ineludible por la mañana, para lo que mi madre, (¡ay! las abuelas) me echó una manita.
Mi cita tenía poco de agradable y mucho de necesidad. Hace poco más de un mes que supe que iba a llegar ese momento, y no por ello se hizo más fácil.
Es curioso cómo se entrelazan las personas, y las historias. Con la escolarización de Emma, se han cruzado grandes personas en nuestro camino, y con la vista hacia atrás, me doy cuenta de lo mucho que me alegro de que esto haya pasado. La cita de hoy tenía que ver con una de estas personas. Que aunque hace relativamente poco que nos relacionamos, desde el principio he sentido una cercanía especial. Así que hoy era obligación moral estar junto a ella y a sus familiares.
Ojalá tuviéramos una forma mágica de aliviar o consolar a los que nos importan, cuando pasan por estos momentos. Solo podemos estar y acompañar.
Se me hace difícil parar los pensamientos, y no seguir divagando en que más tarde que pronto, o eso deseo, todos pasaremos por allí. Llegará el momento en el que me tenga que despedir de los que me vieron nacer y crecer. Trato de parar estos pensamientos, una, dos y hasta tres veces. Pero en días como hoy me resulta harto complicado.
Es entonces cuando respiro, y me paro.
No puedo cambiar lo que está por venir, no puedo alterar lo que pasó, solo me queda hoy.
Y hoy, tengo una niña en casa con necesidad de mucho entretenimiento, un día lluvioso, y el recordatorio en la nevera de que hoy será el último día que tenga 39.
Así que lo he dedicado a hacer lo que más me gusta hacer, y a recrearme en esos pequeños detalles que me hacen la vida feliz.
El horno encendido, flores y mi mini huerto, y un buen revolcón entre hilos, telas y y patrones.
Esta semana he germinado semillas de cilantro y de algodón.
Esto empieza a resultar un poco problemático. Tengo seis limoneros, un aguacatero, y siete algodoneros. Lo del huerto se me está escapando de las manos. Debería no plantar nada más hasta tener una finca a la que trasladarlos después. Supongo que esta es la manera de  mandarle mensajes subliminales al universo, a ver si espabila un poco.
Hemos acabado el día entre telas e hilos. Intento traer a Emma hacia el lado oscuro de estas labores, aunque de momento a ella le motiva más coger los retales y llevarlos al aire mientras corre por el pasillo. Unas veces son velos, otras capas, y otras “estelas”.
Me ha dejado patidifusa cuando me lo ha dicho ella misma con esa palabra.
– Mira mamá, estoy dejando una estela.
Me pregunto de dónde saca esas palabras. Lo que me hace ponerme en guardia, porque me reafirmo en que es una auténtica esponja que absorbe todo lo que ve o escucha.
Y mientras Emma dejaba estelas de telas por el pasillo, yo terminé unas piernas de bruja.
.. Y mañana,.. mañana cambiaré de década.

4 opiniones en “Último día en la treintena, y un golpe con la realidad”

  1. Siempre es un placer poder leer estos trocitos de vida que nos regalas, siempre cargado de realidad y chispa. Y hoy con un toque de chispa hechicera gracias a esa brujita.

    Feliz Semana. Feliz Halloween si eres de las que lo festejas.

    Besos!!

  2. Felicidades! Voy tarde, como viene siendo habitual últimamente. Pero espero que lo hayas celebrado por todo lo alto y la lluvia te haya dado tregua. Y sino lo celebras tardiamente con un té y unas pastas conmigo. Besotes y sigue enseñandonos esas fotos de tu huerto, que esta precioso. Yo no encuentro la manera de decirle a R. que esa planta que el cuida con cariño pensando que es una fresa estoy convencida que no es más que una mala yerba.

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