Sandwich de atún

Hace unas semanas me prometí que nunca más volvería a entrar al bar de la esquina. Ni si quiera para pedir un vaso de agua.
No me gustan los modales de las camareras, eso de que anden sirviendo lo que luego yo comeré mientras se fuman sus cigarrillos.
Aún así, mis malos hábitos hicieron que hace unos días, la necesidad de ingerir algo fuera superior a las promesas que me he hecho, y terminé entrando y pidiendo un desayuno.
Desde el principio me olió mal, en sentido literal. El sandwich olía raro. A la segunda mordida, ya no me pareció que solamente olía mal: sabía raro también. Le dí otra mordida más, solo por otorgarle el beneficio de la duda, y no dejar que mis paranoias influenciaran en el desayuno. Ni caso.
El sandwich terminó en la papelera, yo con dos euros menos, y con las mismas fatigas.
En menos de dos horas había vomitado tres veces. La fiebre me subió rápidamente, y la cara se me puso como un tomate.
Me ardía el cuerpo, y la cabeza me daba unos martillazos que me parecían imposibles de aguantar.
Gracias a varias cosas, pude sacar hasta el último restito del sandwich de mi cuerpo, pero las secuelas siguen ahí.
Y volvemos a la rutina de no cenar, y de sentir el estómago como si me hubiera comido una lavadora.
.. Y las demás cosas que tengo alrededor, por una vez… ya no ayudan.

5 opiniones en “Sandwich de atún”

  1. vaya faena…es una putada cuando pasan esas cosas….ahora, lo de fumar mientras sirven..eso no tiene madre…
    cuando me ocurren ese tipo de cosas siempre me pregunto: -¿como podría devolversela?…

  2. Yo creo que la devolución ideal es vomitarles el local a base de bien.
    Otra posible solución es meterles una hoja de reclamaciones entre pecho y espalda, que no sirve para nada, pero te deja muy a gusto.

  3. Hay lindo, andamos por los mismos males estomacales, yo tambien habia jurado no ir a comer a un restaurant y me gano el hambre y fui y veme tambien, aqui con un molesto virus que me ha molestado por casi 2 semanas.

    Te deseo lo mejor, una excelente y pronta recuperacion.

    Besos!

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