JellyRoll como escudo ante las mundanas hostilidades


El fin de semana pasado, como arrastrada por un repentino ataque de un fantasma costurero, lo pasé cosiendo.
Saqué sin saber bien en qué estado me lo iba a encontrar, este proyecto que estaba a medias, y sin tocar desde hacía más de un año.
Volviendo atrás en el tiempo: Es un kit que compré en Chicago en el año 2007, compuesto por un JellyRoll, el sashing, el borde, y el patrón por supuesto.
El quilt, está compuesto por 20 bloques, de los cuales ya tengo hechos, 15.
Adoro los JellyRolls!!!! Me he entusiasmado tanto con la costura, que estoy contando las horas para el próximo fin de semana y volver a repetir, además creo que no va a ser en solitario!!!!
Menos mal que tengo estos ratos de creatividad, aunque yo no cree nada original y me limita a repetir un patrón ya diseñado, porque últimamente el mundo se está volviendo un sitio hostil, con individuos que no respetan el código solidario de los que aparcamos en la calle; con individuas gravemente enfermas del virus Envidiucocos, y que están ya en fase terminal de dicha enfermedad, dejando que dicho virus controle absolutamente todos sus movimientos y palabras…
Los ratitos de tejido compartido, patch compartido, y lentejas compartidas, hacen que me olvide un poco de lo que hay rondando por ahí afuera… y también de que de pronto, mi panificadora se haya vuelto también hostil, y no haga pan, sino masas deformes incomestibles y no fotografiables.

5 opiniones en “JellyRoll como escudo ante las mundanas hostilidades”

  1. Siempre digo que el patchwork es algo más que coser un cojin…es gana de crear, de reproducir, también de copiar…es gana de coser juntos y de compartir no sólo telas y técnicas, sino también un poco de nuestras vidas. Bianca

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