Haciendo de historiadora

Estos días, fruto de las preguntas de una amiga, he estado averiguando sobre los distintos procesos por los que pasa la lana desde que se cae de la oveja, o más bien la cortan, hasta que llega a nuestras agujas.
En dicho proceso de averiguación, he descubierto que mi familia por todos lados está llena de artesanas, por las dos familias, incluso mis padres aún tienen recuerdos frescos de cómo se lavaba y cardaba la lana para luego hilarla y tejerla.
Tengo en mi poder una manta que mandó a hacer mi abuela con la lana de sus ovejas. Sin duda se merece un post aparte.
No puedo evitar sentir una especie morriña, qué pena no haber sido más mayor cuando ellos vivían, sin duda hubiera tenido unas conversaciones muy interesantes. Creo que es la primera vez en mi vida, que me hubiera gustado haber tenido unos años más…
Tal vez lleve en los genes las ganas de trabajar con las manos.. Puede que hasta lleve en los genes la imperiosa necesidad de salir corriendo para el Norte en cuanto tengo un rato libre..
Este fin de semana me volvió a cundir, ya que el viento y la calima no me dejaron estar mucho rato en la playa, ni dándome a la vida contemplativa.
Los calcetines rojos terminados, unos Jaywalkers en las agujas, y los bloques del Centennial Quilt al día.
Tuve tiempo hasta de meter en la máquina el Irish Wild Rose Quilt.
También estuve practicando un poco la respiración vitalizante
Me levanté esta mañana sospechosamente tranquila..
Me acosté anoche demasiado tranquila..
Ya ahora, que estoy tomando consciencia de esta tranquilidad que padezco, en contra de todo pronóstico, no la estoy perdiendo..
Será el yoga?

5 opiniones en “Haciendo de historiadora”

  1. es genial hacer de historiadora de tu propia familia y poder recuperar todas esas cosas que por cotidianas se han ido perdiendo…

    me encanta lo que haces, será porque lo de tejer y coser no esté entre las cosas que se me dan precisamente bien…

  2. Cuando era pequeña se hacían en la Feria (la ladito de casa) eventos muy interesantes…en uno de ellos tuve el placer de realizar todo el proceso, desde la lana recién trasquilada a ovillarla…fue genial, tendría unos ocho años y a partir de ahí empecé a hacer punto…a lo mejor se repite…y puedes hacerlo tú…
    muchos besos…

  3. Que preciosidades y que bien productivo el tiempo, yo quiero tranquilidad de esa, o como se llame.

    Tiendo a pensar que los genes nos tiran mucho, siempre que sea para cosas buenas, hay que aprovecharlo.
    Un besote.

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