El miedo

Ayer tuve un ataque de miedo. Y desde anoche casi no he podido parar de pensar en todo lo que pasó.
Hace menos de un mes en mi isla hubo un asesinato.. ni violencia de género ni otras cosas: a-se-si-na-to.
Un tipo con una mala mezcla de química cerebral mató a su ex pareja.
Igual ni siquiera tenía mal la química, y solo era mala persona.
La realidad es que asesinó a sangre fría a una chica, y ha dejado huérfano a un niño de 6 años.
Ayer, mientras Emma y yo bailábamos como locas en nuestro estudio, empezamos a oír gritos.
Gritos pidiendo ayuda en la escalera del edificio.
Tuve un ataque de inmovilización de mis extremidades inferiores.
Quería salir a prestar ayuda, pero el miedo no me dejó.
No sabía qué estaba pasando realmente, pero solo se me venía a la cabeza la chica asesinada hace un mes.
Sentí un miedo horroroso a que estuviera pasando algo similar a medio metro de mí, y no hacer nada.
Entonces oí la voz de otro vecino, que mide 1.80 y es un tío.
Él si salió de su casa.
Y ya cuando lo oí a él, salí yo.
Un chico del edificio estaba sufriendo un ataque de.. “algo”, estaba semi inconsciente, rígido y no parecía reaccionar. Su madre no sabía qué hacer. Solo gritaba. Tenía miedo. De ese miedo paralizador de todas las extremidades, en su caso.
Llamé a Emergencias, me acerqué al chico, que ya el otro vecino tenía acomodado de lado en el suelo del zaguán del edificio.
Me atendió un médico, me dio las primeras indicaciones, y el chico reaccionó. Respiró, volvió a abrir los ojos, aunque parecía desorientado.
Los minutos pasaron, 15 exactamente, la ambulancia que tenía que llegar no llegó, y tuve que volver a llamar para anularla, y trasladar nosotros mismos al chico al hospital (Esos recortes que dicen que no eran nada).
La mamá del chico, seguía en estado de absoluto pánico.
Yo me volví a mi casa, a abrazar a Emma y a hacerme una tila.
Más tarde el chico volvió a casa, con su madre aún temblorosa, y dándome las gracias por haber llamado a emergencias. Me sentí cobarde y miserable.
Yo antes no tenía miedo. Hace cinco años no me hubiera pensado lo de abrir la puerta o no.
Nunca antes había echado tanto de menos, medir 20 cm más.
Y justo ayer leí esto, igual va a ser eso.. Ser madre me ha hecho cobarde.

6 opiniones en “El miedo”

  1. Te mando un abrazo muy muy muy apretado. Sé que no te sientes culpable pero imagino esa mezcla de sentimientos. Yo no creo que seas cobarde, yo creo que desde el momento en que nace tu hij@ hasta tu último aliento, es eso en lo primero que piensas. Y punto y se acabó.

    En cuanto a lo que cuentas del miedo, mira yo viví una situación algo similar. Lo que cuentas que le pasó a tu vecino me pasó hace años trabajando pero con un niño de 3 años. Imaginalo en el suelo paralizado con la lengua fuera y los ojos en blanco. No se me va a olvidar en la vida. En ese momento sí reaccioné y lo metí bajo el grifo, que le hizo "despertar", pero estuve el resto del día temblando. Ya sé que no es lo mismo, pero me vengo a referir que entiendo ese pánico, aunque un asesinato es mucho peor.

    Lo dicho, un abrazo apretado.

  2. No es cobardía…sino instinto de protección, por encima de la persona q pedía auxilio estaba tu hija, y eso no hay manera de controlarlo, somos así… yo hubiera reaccionado parecido supongo, quizá hubiera llamado al 091..o al 112… no sé…nunca se sabe q vas a hacer en esos momentos.
    Un abrazo

  3. Tener miedo no es sinónimo de ser cobarde. Es cobarde quién no es capaz de reconocer que tiene miedo y es temerario aquel que, efectivamente no le siente el menor miedo a nada y se arriesga demasiado. Tu vecina, igual que tú al oirla chillar, también se lo hubiera pensado antes de salir a socorrerte si la que hubiera tenido el ataque hubiera sido Emma. No es miedo, es instinto, y es, como dice el artículo, irremediable. Hiciste exactamente lo que tenías que hacer, y lo que necesitaba tu vecina: llamar a alguién que supiera lo que que había que hacer. A mí eso me parece un gesto de lo más valiente.
    El miedo puede ser muy paralizante. Valiente es quién, aún deseando no hacer nada, da un paso al frente y actua.

  4. Yo pienso que es prudencia y protección. El miedo paraliza y tú al final hiciste lo que debías. Pobre, que mal rato tienes que haber pasado… Un abrazo fuerte!

  5. Hay una especie de refrán o dicho en el mundo de las carreras y viene a decir que cada hijo son dos décimas más por vuelta.
    Creo que inconscientemente nos volvemos más previsores, menos "echaos palante" de lo que éramos antes de la paternidad/maternidad.
    No creo que sea ni malo ni bueno, es simplemente una parte más del proceso de tener hijos.

    Vicent

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