Sin comentarios

Acabo de ver una noticia que anuncia la publicación del primer libro sobre la Infanta Leonor.
Y digo yo, si la nena apenas tiene tres semanas de vida.. ¿le ha dado para tanto como para escribir un libro?.
Porque conozco personas que nacen, crecen, se reproducen y mueren a lo largo de 75 años más o menos y nunca juntaron vivencias que creyeron meritorias de estar en las páginas de un libro.
Luego pensé que tal vez fue su mamá, su papá o su abuelita, los que escribieron el libro, relatando pormenorizadamente cómo habían sido estas tres semanas de vida. Pero.., si estos fueran los autores, dudo seriamente que lo publicaran, todo lo más se lo guardarían para que lo lea cuando sepa leer.
Y lo que me parece peor, es que apuesto mi boli rosa de Jordi Labanda, a que en breve lo tendremos entra las listas de los best-seller de esta época del año. No sé quién está peor si la gente que lo ha escrito o la bandada de (no tengo calificativo para definir a estas personas) que lo van a comprar.

The Notebook

Por primera vez en mucho tiempo he visto una película muchas veces seguidas, y sigo con ganas de seguir haciéndolo.
La ví el domingo por la tarde por primera vez. Según acabó, volví a darle al “play”, primeramente porque la había visto en inglés, y había muchas cosas que se me habían quedado atrás.
Después de verla por segunda vez, mis sensaciones seguían siendo las mismas: ternura, amor y mucha mucha tristeza.
Fueron las mismas sensaciones que me quedaron cuando me leí el libro, aunque tengo que confesar que si bien el libro me gustó (aunque me dejó un poco impasible), la película está mejor lograda. Porque esa sensación de impasibilidad que sentí con el libro, no aparecieron durante la visión de la peli. Es imposible no sentir, no meterte en la historia, no vivir lo que pasa, y preguntarte un sin fin de cuestiones.
Qué suerte y qué desgracia!
Tengo un amigo que una vez me dijo: Yo tengo claro con quien quiero arrugarme..
A mí nunca me había importado mucho esta cuestión, me refiero a que estaba más preocupada en saber con quien quería estar en cada momento que vivía, sin embargo (será porque me hago mayor) de un tiempo a esta parte, lo pienso. Pienso si esta o aquella persona será la ideal para estar conmigo cuando me arrugue.
Después de ver la cinta tres veces y de hacer algunas reflexiones, creo que la pregunta anterior tiene respuesta, y que es afirmativa. Espero no arrugarme mucho, pero mucho o poco ya he encontrado con quien me gustaría hacerlo

Noche argentina

El viernes, para poner broche y olvidarme de la semana de tedio y hastío que tuve, me fui de concierto.
Coti en directo y al aire libre.
Cuando me enteré que se iba a celebrar me entusiasmé, pero a lo largo de la semana me fui desinflando, encima, después de mi primera clase de kickboxing, no tenía el cuerpo como para muchas fiestas.
El caso es que pese al frío y al viento, el concierto se dio lugar. No recuerdo cuánto tiempo hacía desde que no salía, y para mi sorpresa, las caras que me encontré durante la noche, fueron las mismas con las que me topé la última vez que lo hice.
El concierto se fue animando, y al cabo de dos canciones, yo andaba dando botes por ahí, olvidándome de que me dolían las piernas, los tobillos, y de que el viento había decidido ponerme otro peinado.
Lo pasé estupendamente.
Para rematar, era la una de la madrugada, y no habíamos cenado. Como no podía ser de otra manera, la cena también fue argentina: choripan con chimichurri. Que me hizo chuparme hasta los dedos!.
Realmente, el mal rato, lo sufrí el sábado por la mañana: dolor agudo en rodillas y muslos; ausencia de voz y una canción gusano: mar de gente.
Pero la verdad, mereció la pena.

Me siento mal

Me siento culpable, muy culpable.
No puedo especificar por qué, porque aún no me atrevo a afrontar lo que he sentido.
De momento no ha sido más que un pensamiento, pero que se va tornando en fantasía, y cada vez cobra más fuerza en mi cabeza.
Cuánto más me digo que está mal, que debo desviar mi mente hacia otra cosa; más atractivo me parece el asunto.. y mi mente y mi cuerpo se quieren dejar llevar….
Mis fuerzas van a flaquear, lo sé…
Ha llegado el momento de huir, porque si no voy a terminar quemádome en el infierno, soportando el castigo que merecen aquellos que cometen los pecados capitales.
Me pierdo en la lujuria de mis fantasías…
Nunca me pareció mejor la frase de: Me dijo que no tenía novia, y yo le creí. Ahora la culpa será solo de él.
Sería una buena manera de dejarme llevar…. de dar rienda suelta a mi cabeza, y hacer realidad lo que sus ojos me insunuan..

Todo al mismo tiempo

Tengo frío, tengo calor.
Tengo hambre y me siento llena.
Tengo ganas de llorar, me salen risas.
Me duelen los brazos, y quiero hacer ejercicio.
No sé si quererte u odiarte.
Me siento frágil, y sin embargo tengo guerra en mi interior.
Vuelvo a dudar: ¿te odio o te amo?
Dudo constantemente, y tengo claro lo que tengo que hacer

.. y todo eso, lo siento al mismo tiempo.

parece que los que me miran de lejos van a tener razón: estoy loca, y ya no solo son palabras.
Y en el fondo… me da igual. Tengo al único que no me juzga por lo que siento, ni me regaña por lo que hago, ni me presiona para que decida.. Es incondicional.
Siempre está al mismo lado: bajo mi cama o a mis pies.
Me da más, mucho más que algunos.

Tentación… Antojo

Llevo días que sólo puedo pensar en una cosa. Y no hay manera de que me lo quite de la cabeza.
Todo fue a raíz de un paquete que recibí de Buenos Aires. Entre las muchas cosas que tenía en su interior había dos alfajores Jorgito…..
Así que mi cabeza y mi estómago iniciaron una lucha, entre deber y apetecer….
Ganó mi estómago. Y ahora me pide más….
Llevo aguantándome desde el lunes, y ya hoy no puedo con este autocontrol tan sufrido, así que de aquí a unas horas, me voy a la panadería argentina que hay aquí cerca y me voy a comprar un bote entero para mí.
Un bote de……

dulce de leche

Tan lejos …. tan cerca

No me canso de estudiar cómo se miden las distancias.
Tenemos un sistema que mide las distancias, basado en unidades de longitud, que separan dos cuerpos, cosas, personas…
Sólo llego a una conclusión: este sistema de medición es incompleto.
Las unidades de longitud mide la distancia física. Pero no la distancia real, porque se me da la circunstancia de que me paro a tan solo un metro de separación de un amigo, y no lo siento, no le veo sus ojos, no le oigo hablarme… La distancia entre nosotros es mucho más que un metro.
Y por otro lado, me encuentro a miles de kilómetros de otra persona. No puedo verle, no puedo mirarle.. sin embargo le hablo y me responde, y cuando cierro los ojos y me acuerdo de su voz lo siento aquí al lado, a menos de un metro de mí.
Por lo tanto nuestro sistema actual de medidas de distancia es incompleto, o puede que tal vez no todo pueda medirse.

Me descubro

He terminado de leer: Marina, de Carlos Ruíz Zafón.
Y tengo que decir que hacía mucho tiempo que no lograba descubrirme en un personaje literario como lo he hecho con este libro.
Me he descubierto en muchas páginas, en muchas situaciones. Yo soy Marina, y creo (ojo, creo) que he encontrado a Oscar.
Hoy tengo la sensación que dejan los buenos libros cuando se acaban, esa mezcla de emoción, melancolía y nostalgia.
Lástima que no pueda estar acurrucada en mi sillón, con la manta por encima, conmemorando páginas, y recordando lo que nunca pasó…