Aquí pagamos todos

La semana pasada al acercarme a la máquina del café, me encontré este comunicado.
Al parecer, alguien bien avispado, abría cada día la máquina, de forma cuidadosa y meticulosa, se hacía con la caja, y de la misma forma la volvía a cerrar, como si nada hubiera pasado.
Esta mañana al ir a buscar un café me encontré un hueco vacío.
Al parecer, el dueño de la máquina, harto ya de venir cada día, a reponer de café y líquido la máquina, y encontrarse que otro más rápido, que no más listo, se había llevado la caja un día más, se llevó la máquina.
Ahora nadie en la obra tiene café, y el rápido, que no listo, ahora no tiene ni botín ni café…
Ya se sabe, la avaricia rompe el saco.. y luego, pagan justos por pecadores..

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